“Mi vieja ya no está por la codicia desenfrenada de asesinos de escritorio”
En la semana de inicio del juicio a Julio De Vido, la hija de una de las víctimas del siniestro ferroviario describe sus sensaciones y recuerda aquel fatídico 22 de febrero de 2012.
Era un día como todos los demás y Graciela Díaz se dirigía a la confitería donde trabajaba, a tres cuadras de la estación ferroviaria de Once. Pero una vez que se subió a la formación, no volvió a bajar, como tampoco lo harían otras 50 personas.
Esta semana se inició el juicio contra el ex ministro de Planificación Federal del kirchnerismo, Julio De Vido, y la hija de Graciela, Vanesa Toledo, asiente en calificar este momento como “movilizante”.
“La verdad que lo veíamos como un día bastante lejano, y si bien cinco años es (mucho) tiempo, teniendo en cuenta de la persona que estamos hablando, tuvimos la suerte por el trabajo que hicimos, de que la Justicia vaya procediendo en tiempos medianamente razonables”, rescató Vanesa por LT10.
De ese 22 de febrero de 2012 recuerda muy poco. Estuvo buscando a su mamá desde el primer momento (el siniestro ocurrió a las 8:33) hasta las 22:30, cuando la encontró. Esas 14 horas están llenas de lagunas en su memoria. Pero no las sensaciones: “incertidumbre, dolor nervios, bronca, mucho enojo. Lo que recuerdo fue un día para olvidar, como jamás pensé que iba a vivir. Yo no sabía que existían esas cosas, que se podían sentir las cosas que sentí ese día”.
Y el proceso judicial no va devolverle lo que la corrupción, la negligencia, la impericia o la indolencia le quitaron. Desde ese 22 de febrero de 2012, su vida y la de su familia cambió. “Si bien las pérdidas son naturales, esta pérdida que tuvimos, en el modo en que perdimos a mi mamá, es antinatural. Estamos aprendiendo todavía a convivir con ese dolor, que es claro que va a ser eterno. Porque no es que mi vieja no está por cuestiones de salud o de la vida, sino que no está por la codicia desenfrenada de un montón de asesinos de escritorio. Esa razón hace que la ausencia de mi mamá sea injustificable”.
Audio: Vanesa Toledo
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