Las premiaron por su creatividad
Una docente de la Facultad de Ingeniería Química y una alumna de Facultad de Arquitectura, Ddiseño y Urbanismo de la UNL fueron premiadas a nivel nacional por crear un yogur "funcional" y una dobladora de alambre 3D.
El Concurso Nacional de Innovación, INNOVAR, tiene este año a dos ganadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Se trata de Claudia Vénica, investigadora en el Instituto de Lactología Industrial (INLAIN UNL-CONICET) y docente de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), que quedó primera en la categoría Alimentos por su desarrollo “Yogur funcional: reducido en lactosa y con sustancias prebióticas”, y Camila Picco, estudiante de Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU-UNL), que recibió una mención en la categoría Innovación en la Universidad, por su “Dobladora de Alambre en 3D”.
Otros dos desarrollos realizados en la UNL también participaron de la feria, uno denominado "Novedoso ingrediente funcional: liposomas con ácido linoleico conjugado", de la investigadora María Ayelén Vélez, también del INLAIN y docente de FIQ, que llegó a la instancia de exposición, y "Conectambo", un proyecto realizado por Marcos Argüello, Valeria Arroyo, Santiago Caloia, Valentín Ingignol y Felipe Porto, estudiantes de Diseño Industrial de FADU que quedó incluido en el catálogo.
La ceremonia de premiación se llevó a cabo en el predio de Tecnópolis, donde fueron expuestos durante cuatro días los proyectos seleccionados. En total, este año se otorgaron 37 premios, más la distinción INNOVAR 2017 que fue compartida por dos expositores.
Del laboratorio a la góndola
El trabajo sobre el yogur funcional comenzó hace varios años cuando Claudia Vénica iniciaba su carrera científica como becaria doctoral. Después de completar la tesis siguió trabajando en esa línea, que actualmente se encuentra en la fase final de testeo con animales, para comprobar la capacidad prebiotica. “En estos años fuimos muchos los involucrados, por eso este premio es una alegría para todo el grupo”, destacó.
El yogur desarrollado puede ser consumido por personas con intolerancia a la lactosa, un mal que afecta a más del 60% de la población mundial. La línea de investigación de Vénica se basó en el estudio de la enzima β-galactosidasa, que hidroliza la lactosa pero a la vez tiene la capacidad de sintetizar galactooligosacáridos que tienen propiedades prebióticas. El trabajo consistió en desarrollar un yogur con esa enzima, que es reducido en azúcar, adecuado para las personas con problemas de intolerancia a la lactosa y con beneficios al organismo por los prebióticos. “Se hicieron diferentes pruebas, primero a nivel laboratorio con ocho variedades de yogur, después en la planta piloto con tres variedades, y por último a escala industrial con una sola variedad donde produjimos 4.000 litros de yogur funcional ”, contó.
Para la investigadora, al estar testeado en todas las escalas el desarrollo fue valorado positivamente por el jurado, porque es un producto listo para ser comercializado. Ella misma pudo comprobar el interés de los visitantes a Tecnólpolis. “Fue muy interesante el intercambio en la feria porque pudimos interactuar con varias personas que sufrían intolerancia a la lactosa y se acercaban a preguntarnos por el yogur, nos consultaban si ya se vendía, así que vimos el interés”. Según Vénica, el mercado argentino está lanzando cada vez más productos reducidos en lactosa, por lo que espera que pronto se pueda conseguir este tipo de yogures en las góndolas.
Joven innovadora
Con 23 años, Camila Picco acaba de sumar un premio muy importante para su incipiente carrera científica. Ella es estudiante de grado de la carrera de Diseño Industrial en la UNL y desarrolló una dobladora de alambre en 3D para prototipado. “El año pasado tuve una Cientibeca bajo la dirección de Mauro Chiarella y la dobladora fue mi proyecto. Cuando terminé la beca armé el informe y eso fue lo que presenté a INNOVAR”, dijo. Si bien recibió muchos elogios y varios expositores se acercaron a consultarla, jamás pensó que iba a ganar el premio porque su categoría era muy competitiva. “Durante la ceremonia de premiación me fui al final del salón y cuando dijeron mi nombre no lo podía creer”, cuenta todavía emocionada.
Su desarrollo se basa en la simple observación del mercado: como estudiante de diseño industrial se dio cuenta de que no existía una máquina capaz de doblar alambre para producir piezas pequeñas y en baja escala, por lo que diseñó y armó una. Con ayuda de varios colaboradores que aportaron conocimientos para el software, Camila armó su prototipo de dobladora que permite realizar diseños complejos en alambre de diferente grosor. Esta máquina es portable y liviana, ideal para usar en escuelas, universidades y también para empresas, como lo comprobó en su paso por la feria. “Muchos de los expositores me decían que necesitaban piezas especificas y ya se interesaron por la posibilidades de la máquina”, dijo y contó que esta iniciando los trámites para patentar la dobladora.
Este premio supone un gran estímulo. “Es muy importante porque nosotros somos la primera promoción de Diseño Industrial y es bueno que otros estudiantes vean los resultados y puedan participar de estos premios”. En lo personal, tanto el premio como la beca de iniciación a la ciencia marcaron su futuro. “La experiencia de la Cientibeca me gustó mucho, hasta ese momento no pensaba seguir en investigación. Ahora estoy esperando los resultados del CONICET porque espero seguir un doctorado el año que viene, pero si no me sale veré como continuar”.