Récord de asistentes a los festejos por el Día de la Hispanidad
En plena crisis con Cataluña, una multitud se acercó a presenciar el acto en Madrid.
Una multitud, cuya presencia batió el récord absoluto en relación a actos similares, festejó este jueves con gran fervor la Fiesta Nacional de España. Este acontecimiento está íntimamente vinculado a la crisis catalana ya que ha exacerbado las expresiones de patriotismo y unidad nacional.
Una gran cantidad de banderas y todo tipo de insignias rojas y gualdas, se multiplicaron en el lugar del desfile en el Paseo de la Castellana. Era tan elevada la cantidad de gente -que comenzó a llegar a partir de las 8,30 de la mañana para el acto que comenzó a las 12-, que la extensión de la parada militar tuvo que ser extendida dos veces y ni así se logró acomodar a la gente que tuvo que observar desde lejos e hizo escuchar sus protestas.
La pésima noticia, que ha sumido a España en un profundo dolor, es que uno de los pilotos que participó en el desfile, el capitán piloto de un Eurofighter, falleció al estrellarse en una maniobra de aproximación a su base aérea, Lluis e los Llanos cuando regresaba de la parada en Madrid.
El tema catalán estuvo presente por declaraciones de la personalidad más importante en el tema, María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa. Afirmó que tiene "la casi completa seguridad de que no va a ser necesaria" la intervención de las Fuerzas Armadas en la crisis catalana, aunque éstas tienen la obligación de 'estar preparadas' para defender su país dentro y fuera de sus fronteras”.
Los actos, como siempre, se multiplicaron en toda España. El más importante fue en Cataluña, donde tuvo lugar una marcha con miles de personas ondeando banderas españoles y una concentración en una plaza desbordada. La llegada de los Reyes, las personalidades más populares según los sondeos, marcó el comienzo de las celebraciones. Los acompañaban la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, sonrientes y comedidas, siempre bajo la atenta vigilancia de madre.
Un hecho poco usual se produjo cuando llegó el presidente Mariano Rajoy, que siempre ha cosechado silbidos y abucheos y escasos aplausos que está vez se prodigaron con entusiasmo.
Estaban presentes toda la escala de autoridades de las principales entidades del Estado, los dirigentes políticos al completo y los presidentes de las comunidades autónomas menos Carles Puigdemont (Cataluña), del París Vasco y de Navarra.
Dos paracaidistas que siempre son el plato fuerte de este acto, descendieron desde más de mil metros y aterrizaron, con una gran bandera española que pesaba 15 metros, exactamente frente al Rey.
Una novedad recibida con gran entusiasmo por la multitud: por primera vez se unió al desfile la Policía Nacional que con la Guardia Civil cosecharon los más nutridos aplausos y ovaciones populares después de los monarcas. Los acontecimientos en Cataluña volvían a estar presentes. En total, recorrieron el Paseo de la Castellana 3.900 efectivos, con gran presencia femenina, 78 aviones y 84 aviones, entre ellos el desgraciadamente accidentado.
Antes de comenzar el paso de las tropas se cumplió el emocionante homenaje a los Caídos por España, más de cien en misiones internacionales de paz. Fue también un recuerdo de las 16 víctimas de los atentados en Cataluña y al español Ignacio Echeverría, que falleció en Londres defendiendo a un policía durante el ataque yihadista. Especialmente invitados participaron los embajadores, entre ellos el argentino, Ramón Puerta, cuyos países sufrieron la muerte de ciudadanos durante el ataque en Barcelona, en agosto,