El virus de la pereza, un mal cada vez más presente
Aplazar actividades por categorizar prioridades es una de las actividades más frecuentes en los últimos días ¿Cómo llegamos a ello y cómo podemos salir? Enterate en la nota.
Aunque muchos justifican el aplazamiento de actividades por categorizar prioridades, en realidad están disfrazando su pereza o sea la poca intención por realizar labores que les genere gasto de energía, esto no solo conlleva a frustraciones futuras sino a la pérdida de visión para el reconocimiento de oportunidades y ascensos en varios aspectos de la vida personal y laboral.
En un principio, la vagancia nació con un propósito: era un sistema de ahorro de energía por el cual nuestros ancestros pasaban temporadas dormitando, debido a la falta de comida. Hoy en día, es un mecanismo de compensación que nos ayuda a descansar después de largas jornadas de trabajo.
¿Cómo combatirlo?
Solución psicológica al exceso de exigencia: elimina las listas y los "tengo que". Es importante equilibrar el tiempo de trabajo con el de descanso. Por cada 50 minutos de trabajo, descansa 10.
A la alergia al esfuerzo: cuando los pensamientos del estilo “estoy muy cómodo” nos vengan a la cabeza, visualizá la tarea terminada. Contá hasta 3 ponete en marcha.
Falta de motivación: Actuá, pensá en un objetivo y analizá los motivos que tenés para hacer la tarea, pueden ser la mejora de la autoestima, la satisfacción o el altruismo. Una vez en marcha, marca tres actividades para realizar, arrancá por la más fácil, seguí con la más difícil y concluye con la de dificultad media.
Fiaca mental: entrena tu cabeza enfrentándote a situaciones a las que no estás acostumbrado, escucha a personas con las que no tratas o argumenta desde el punto de vista de otro durante un rato.