El padre Ignacio, en el velatorio de cuatro de los rosarinos muertos
El religioso conocía a dos de las víctimas del ataque en Estados Unidos y bendijo la ceremonia.
El sacerdote ceilandés nacionalizado argentino entró ayer por la tarde por una puerta lateral de la cochería Caramuto, en Rosario, evitando el contacto con los medios. Puertas adentro, saludó a los familiares de Alejandro Pagnucco, Diego Angelini, Hernán Mendoza y Hernán Ferruchi y condujo una ceremonia íntima a la que se sumaron solamente los amigos más cercanos de las víctimas del atentado en Nueva York.
Ignacio conocía a dos de los fallecidos, ya que colaboraban con su iglesia en barrio Rucci, por lo que el religioso accedió a encabezar la ceremonia.
Posteriormente, el cura sanador dejó Servicios Caramuto por la misma puerta por donde entró, nuevamente sin entrar en contacto con la prensa.