Campaña de detección precoz de Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Se trata de una enfermedad poco frecuente que muchas veces puede presentar síntomas similares a otras patologías y confundirse en su diagnóstico.
Por tercer año consecutivo, la Fundación Más Vida lleva a cabo una campaña de detección precoz de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) gratuita, en diferentes ciudades del país. La Enfermedad Inflamatoria Intestinal es un grupo de enfermedades digestivas que se encuentran dentro de las llamadas “enfermedades poco frecuentes” que, al compartir síntomas con otras enfermedades más frecuentes (como la celiaquía o el colon irritable), el diagnóstico se retrasa entre 6 meses y 3 años.
Su causa es aún desconocida, son autoinmune, crónicas, inflamatorias, y revisten gravedad si no se las diagnostica y trata adecuadamente.
Si tenés síntomas o signos de sospecha de Enfermedad de Crohn o Colitis Ulcerosa, o bien dudas acerca de su tratamiento, podés solicitar un turno gratuito hasta el 10 de noviembre, ingresando a www.masvida.org.ar/turnos
Pueden presentarse con síntomas muy notorios y severos, en cuyo caso el diagnóstico en general es más sencillo y rápido de hacer. Sin embargo, en otros casos, puede verse demorado por presentar síntomas inespecíficos, leves o similares al de otras patologías digestivas funcionales. Los síntomas dependen por lo general del segmento del tracto intestinal comprometido, siendo los principales: aumento en la frecuencia o urgencia evacuatoria, diarrea persistente por más de 4 semanas, dolor abdominal, moco y/o sangrado en materia fecal, lesiones perianales, fiebre y/o vómitos. También, es posible que se presenten manifestaciones extra-intestinales tales como: inflamación de las articulaciones y/o en los ojos, problemas en la piel, el hígado, y/o trastornos renales. En el caso de los niños y adolescentes, puede existir también retraso en el crecimiento y desarrollo puberal.
La EII afecta por igual a hombres y mujeres, su pico de aparición es en adultos jóvenes (entre los 20 y 30 años) disminuyendo la incidencia con la edad. Existe un segundo pico entre los 50 y 70 años. Un número menor de pacientes puede manifestar sus primeros síntomas en la pre-adolescencia y adolescencia. En la actualidad, se ha percibido un incremento de la incidencia en la infancia/niñez.[8]. En niños que se encuentran en crecimiento la enfermedad suele ser más agresiva y tiene connotaciones más graves que en la adultez, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz en este grupo etario.
Impactan notablemente en la calidad de vida ya que repercute en el bienestar físico, psicológico y social del enfermo que, frecuentemente, sufre cambios en sus relaciones sociales, roles familiares, ámbito laboral o educativo, estado emocional y en el bienestar personal general. La cronicidad y las limitaciones en la actividad y participación que ocasiona en la vida diaria – que en algunos casos llega a la discapacidad visceral- pueden ser por sí mismas, un factor muy estresante, a lo que se suma el contraste entre la apariencia física y el estado clínico (se trata de una enfermedad visceral digestiva).
Frecuentemente, los pacientes pueden presentar cuadros de depresión por lo que se ha comprobado que los tratamientos psicológicos tienen un efecto positivo en su bienestar biospsicosocial, como así también en la actividad y el curso de la enfermedad siendo necesario que sean contemplados dentro de la atención multidisciplinaria.