Un verano con los mismos cuidados para la piel y para los ojos
Se acerca la época estival e intuitivamente buscamos proteger la piel de los rayos ultravioletas ¿Pero qué pasa con nuestra vista? Enterate en la nota.
Hay una estación del año en la que tenemos que prestar especial atención a nuestros ojos y tomar precauciones para protegerlos, y esa es el verano, porque es la época de mayor radiación solar. Esto significa que los rayos ultravioleta (UV) tienen un índice especialmente elevado, lo que se traduce en una mayor capacidad de producir lesiones en las áreas sensibles del cuerpo.
Desde el Instituto de la Visión y el sitio docsalud revelaron los principales problemas que puede causar la exposición en los ojos.
- Queratitis actínica. Aparece tras una exposición prolongada de los ojos al sol sin la protección adecuada. Sus principales síntomas son dolor, fotofobia (intolerancia anormal a la luz), lagrimeo y ojo rojo. Estas manifestaciones suelen prolongarse durante uno o dos días y desaparecen sin dejar secuelas.
- Degeneraciones conjuntivales. La más extendida es el pterigion, un crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea que se produce por exposición solar y sequedad. Se presenta como una zona elevada blanquecina en el borde interno y/o externo de la córnea.
- Lesiones cutáneas perioculares. Los parpados son una zona de piel muy sensible y especialmente vulnerables a los rayos UV que pueden degenerar en lesiones tumorales en aquellas personas predispuestas a estas.
- Otras afecciones. Los rayos UV pueden producir también afecciones de la retina (maculopatía) o incluso acelerar el proceso de cataratas.
La medida preventiva de estas afecciones provocadas o agravadas por la acción de la radiación solar es la utilización de gafas de sol homologadas con los filtros correspondientes. Por eso, a la hora de comprar anteojos de sol, se debe buscar que cuente con los filtros UVA y UVB 400, que es la protección a los rayos ultravioletas más alta.
Por último, pero no menos importante: Como el riesgo de sufrir los daños que produce el sol es acumulativo, es bueno cuidarlos (y generar el hábito de hacerlo) desde la infancia. Por eso se recomienda para los más chicos el uso de gorras y viseras.