Preocupación e incertidumbre en importadores por las nuevas trabas
El presidente de la Cámara de Importadores afirma que no hay motivos evidentes que justifiquen la decisión del Gobierno. Están analizando los alcances de la medida y esperan definiciones sobre cómo funcionará en la práctica la Constancia de Excepción.
La decisión del Gobierno de ampliar de 400 a 600 la cantidad de productos que se encuentran alcanzados por el régimen de licencias no automáticas cayó de sorpresa en el sector importador que no ve cuáles pueden ser las causas que justifiquen la decisión. Aseguran que la medida no puede fundamentarse en que exista en la actualidad un daño a la producción nacional tan generalizado o que el motivo tenga que ver con el equilibrio de la balanza comercial, ya que según sostienen, si se llegará a disuadir la importación de los 200 nuevos productos alcanzados por la medida, se trataría de un monto total de u$s 1.000 millones, lo que no revertiría de gran manera el posible saldo de la balanza comercial. Ámbito.com dialogó con el presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Diego Pérez Santisteban, sobre la Resolución 45 del Ministerio de Industria.
Periodista: ¿Cómo tomaron la medida aplicada por el Gobierno?
Diego Pérez Santisteban: La sensación de los importadores es de preocupación, y no me refiero únicamente a los que ingresan al país productos terminados y los revenden, porque esta medida avanza sobre una cantidad diversa de productos, algunos que son insumos, matrices, semielaborados, que se utilizan en la industria, con lo cuál el ambiente de preocupación se amplía, no solamente a quien puede carecer de un producto para utilizarlo comercialmente, sino también a quien necesita una máquina, una pieza, un componente para desarrollar un proceso productivo. En la Cámara estamos haciendo un análisis muy detallado de los alcances de la medida, ya que es una Resolución muy intrincada porque refiere a muchas resoluciones anteriores, a las que les añade productos. Incorpora también la figura nueva de la constancia de excepción que no es una figura que existía previamente, por lo cual determinados productos y bajo determinadas condiciones el Ministerio también podría exceptuar a algunos importadores de las Licencias No Automáticas, lo cual genera un mecanismo novedoso y que puede obviamente ser discriminatorio o no. No se sabe con qué pautas se aprobará a un determinado producto y a otro no. Todavía hay una gran incertidumbre con respecto a la medida, si bien va a regir dentro de 20 días, los industriales y los importadores que traen productos para procesos industriales recién están comenzando a preguntar cómo es su caso en particular, qué es lo que deben hacer.
P. ¿Qué perjuicios puede ocasionar la medida?
D.P.S.: Hay productos alcanzados en la medida en los que hay producción local pero que a veces no es suficiente para cubrir el mercado, hay casos de productos que no tienen producción local, con lo cual es un inconveniente que puede derivar en problemas de logística, problemas de costos. Todas las licencias terminan aprobándose, el problema principal es la falta de certeza del tiempo exacto. Ya con 400 productos con licencias no automáticas como teníamos hasta ahora, hay veces en las que las autoridades respectivas no alcanzan a realizar la tramitación de las licencias, entonces sucede que las licencias que de acuerdo a las normas de la OMC tienen que ser entregadas en un plazo de entre 30 a 60 días, hay veces que los plazos se estiran a 90, 120 o 150 días, y esto sucede de manera absolutamente aleatoria. No es que para el que importe un juguete son 150 días o que el que importe un neumático para un automóvil tiene determinado plazo, y tampoco depende de que la empresa sea grande o chica. Le puede pasar a cualquiera porque no se trata de un tema discriminatorio, el problema es que no se da abasto para la aprobación de las licencias. Entonces un tema como la licencia, que es una cuestión de monitoreo, se convierte en la práctica en algo disuasorio de la importación.
P: ¿Qué cree que motivó al Gobierno para tomar la decisión?
D.P.S.: No alcanzamos a advertir cuál es el objetivo de la medida. Los motivos más lógicos podrían ser dos: uno, sería que los productos locales estén muy amenazados por la competencia y no parece ser esta la situación ahora. Si uno mira las estadísticas se ve que el promedio de uso de la capacidad instalada supera el 85%, y me refiero al promedio. Hay sectores como el textil que están por encima del 90%. Esto quiere decir que los industriales están trabajando con la capacidad a pleno, y si están con capacidad plena no es porque están guardando los productos debajo del colchón, sino porque los venden. No es un momento que haya clamor generalizado de daños por los productos importados de parte de los fabricantes nacionales. Por supuesto, puede haber algún producto específico que pueda estar afectando, pero no hay algo generalizado o algo insostenible. La otra posibilidad es que el motivo sea el equilibrio de la balanza comercial, y en este caso si la medida aplicada logrará disuadir todas las importaciones, se trataría de un valor cercano a u$s 1.000 millones, y esta cifra sobre un total de más de u$s 50.000 millones de importaciones, y con exportaciones por u$s 60.000 millones, es decir en un nivel de comercio de u$s 120.000 millones, no parece valer la pena la medida para lograr un resultado de ese tipo. Por eso tampoco se entiende la medida si es que fue motivada por el lado de la balanza comercial.
P.: ¿Cuánto estima que será el superávit de este año?
D.P.S.: La Argentina ha tenido desde 2003 balanza comercial superavitaria superior a u$s 10.000 millones, y u$s 12.000 el año pasado, y por más que este año pudiera bajar un poco el saldo favorable, ya sea por problemas como la sequía que ha provocado que la cosecha quizás no sea como se esperaba, o porque el sector industrial no tiene mucha más capacidad para ampliar las exportaciones, entonces se podría estimar que en vez de u$s 12.000 millones, el superávit sea en torno a u$s 9.000 millones, pero tampoco sería una catástrofe para un país que tiene más de u$s 50.000 millones de reservas. Confunde un poco la medida, estamos en un año político, y hay determinados sectores que interpretan que una medida así es algo por decirlo de alguna manera 'políticamente bueno', hay una especie de cultura generada sobre que las exportaciones son buenas y las importaciones son malas. Quizás en este caso la política se haya antepuesto a la economía, pareciera ser política la razón de la medida, salvo que haya algo más que el Gobierno tenga como objetivo como podría ser la negociación de la deuda, una necesidad de importar más combustible, o algún tema respecto a las reservas internacionales, algo que el Gobierno pretenda y que aún no ha trascendido, caso contrario no vemos que haya una razón muy fuerte o dramática para justificar una medida tan generalizada.
P.: Desde el Gobierno se dice que se va a aplicar el mecanismo de trámite rápido (Fast-Track) para los productos alcanzados en la medida que sean insumos necesarios para la producción nacional, ¿qué opina al respecto?
D.P.S.: Lo que dice el Gobierno justamente está relacionado con esta figura nueva de las Constancia de Excepción, que se crea para el caso del importador que utiliza ese producto en la producción, entonces deberá hacer la presentación ante la Secretaría, que la analizará y va a determinar si le concede o no el beneficio de la excepción. Pero de todas formas, el otorgamiento dependerá de algún tipo de análisis que haga la Secretaría en base a algo que puede ser discriminatorio o estar sujeto a una decisión de alguien, no es algo que vaya a ser automático. No es que diga bueno yo produzco tal producto, necesito tal producto que importaba y automáticamente me van a dar la constancia de excepción, seguramente va a pasar por alguna especie de filtro. Pero bueno, si el Gobierno está anunciando que para estos casos habrá una suerte de Fast Track, ojalá sea así, pero en este momento hay dudas al respecto. En la medida que pasen los días, la Cámara de Importadores, colaborará para dar la mayor fluidez y claridad al sistema, y seguiremos informando al Gobierno los casos que entendamos que podrían generar más perjuicios que beneficios.
P.: ¿Van a pedir una reunión con funcionarios para tratar el tema?
D.P.S.: No se si una reunión, pero por lo menos vamos a ir terminando los trabajos técnicos y enviando la información a la Secretaría para que puedan tener los elementos para monitorear. Las posiciones arancelarias son muy amplias, por ejemplo cuando se dice que el producto A que también se fabrica en la Argentina genera inconvenientes a la producción nacional, no hay problema que se ponga una licencia no automática para monitorear el caso. Pero pasa que las posiciones arancelarias incluyen diversos productos además del A, están el B, el C, el D, y en algunos casos son productos que no se fabrican en el país. Hay aplicaciones de licencias que especifican que abarcan a determinado producto de determinada posición, pero en otros casos no. Habrá que ir trabajando producto por producto, no queda otra que hacerlo.
P.: En unos 15 días se estará poniendo en marcha el sistema informático de comercio exterior SISCO, como el que utiliza Brasil. Desde el Gobierno aseguran que va a permitir acelerar los procesos que establecen las licencias y automatizarlos.
D.P.S.: Esta es una aspiración que tenemos hace bastante tiempo, para que la licencia pueda emitirse dentro del plazo que la OMC establece. Nos habían comentando que estaba en desarrollo este sistema, y la verdad que sería bienvenido, ya que si ahora se incrementa 50% la cantidad de productos que están alcanzados, y se los debe tramitar con el mismo equipo de gente que ya está al límite para procesar las órdenes, entonces estamos complicados, pero si se puede hacer automático probablemente mejoraría la situación. Habrá que esperar a cuando se termine de implementar y ver qué facilita.