Curiosidades y datos sobre el corazón

Es el órgano más sorprendente del cuerpo encargado de grandes funciones que a veces no conocemos.

El  corazón es un órgano sorprendente. No solo es el músculo más fuerte que poseemos, es el embajador de las emociones, sin él no podríamos vivir, pues es el responsable de irrigar vida a todo nuestro cuerpo.

También es el órgano al que escritores y románticos de todas las profesiones imaginables han dedicado algunas de sus mejores obras. Así, a pesar de que sabemos que el responsable del enamoramiento es el cerebro, es el corazón el que sigue usándose como símbolo del amor y la  pasión en todo el mundo.

El sistema cardiovascular está compuesto por el corazón y los vasos sanguíneos y es el que hace circular la sangre por el cuerpo para suministrarle oxígeno y nutrientes. El corazón bombea la sangre rica en oxígeno y nutriente, manteniéndola en movimiento en el cuerpo dentro de un circuito cerrado.

¿Y los latidos? El sistema eléctrico del corazón es el que controla la velocidad de los latidos. En concreto, este late unas 115.000 veces al día, esto es, una media de 80 veces por minuto o unas 42 millones de veces al año.

A lo largo de una vida promedio, el corazón humano llegará a latir más de 3.000 millones de veces, pues el corazón no descansa nunca. Durmiendo o despiertos, nuestro músculo cardiaco sigue trabajando duro y bombeando tanta  sangre que podríamos llegar a llenar cerca de un millón de barriles en toda una vida.

¿Cómo cuidarlo? La Fundación Española del Corazón nos recuerda que si todos lleváramos una alimentación sana y practicáramos  ejercicio con regularidad estaríamos dando unos pasos clave para conseguir que las enfermedades cardiovasculares dejen de ser la primera causa de muerte en el mundo. Y es que, si no cambiamos nuestros hábitos de estilo de vida, las estimaciones apuntan a que esa cifra crecerá y alcanzará los 23 millones de muertes en 2030.

Para evitarlo, come y bebe bien; vigilar tu nivel de glucosa en sangre; mantente físicamente activo; controla tu presión sanguínea; abandona el tabaco si eres fumador y mantén a raya tus niveles de colesterol y tu IMC (Indice de Masa Corporal).

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