Odebrecht, en prisión domiciliaria y con tobillera
Es luego de un año y medio de cárcel común. Recordá quién es este magnate de la construcción y su involucramiento en el Lava Jato.
Marcelo Odebrecht, de 49 años, fue trasladado por la mañana desde una cárcel de Curitiba hasta un juzgado de la ciudad, donde se le colocó una tobillera electrónica, antes de partir en una avioneta particular, constataron periodistas de la AFP. Se espera que el exejecutivo se instale por la tarde en su lujosa residencia de Sao Paulo (sudeste), de donde no podrá salir más que en contadas ocasiones y recibir un número limitado de visitas.
Allí, será recibido por su esposa Isabela y sus tres hijas. "Desde el momento en que decidió, como opción existencial, colaborar, Marcelo se preocupó básicamente por dos cosas: el cambio de régimen (de detención) para retornar a la convivencia familiar, y la materialización de su colaboración", dijo a la prensa su abogado, Nabor Bulhoes.
Quién es Odebrecht
Apodado "el príncipe", Marcelo Odebrecht dirigió la mayor constructora de América Latina, responsable de obras en todo el mundo, desde el estadio del equipo de baloncesto Miami Heat hasta usinas hidroeléctricas en Angola.
Es nieto del fundador y tercera generación de presidentes del grupo que formó un conglomerado con actividades en otros sectores, como ingeniería, agricultura y petroquímica.
El derrumbe se inició el 19 de junio de 2015, cuando fue detenido en el marco de la Operación Lava Jato, acusado de pagar sobornos a decenas de políticos de todas las tendencias para obtener contratos en la estatal Petrobras.
Tras resistir casi dos años a una lluvia de acusaciones, el grupo acordó revelar sus delitos para suavizar las condenas y poder sobrevivir. Las confesiones condujeron a cientos de investigaciones contra ministros, diputados y empresarios de Brasil y de otros países de América Latina, como la Argentina.
En Perú, la investigación está a punto de provocar la destitución del presidente Pedro Pablo Kuczynksi y en Ecuador ya llevó a la cárcel al vicepresidente Jorge Glas.
En total, 77 ejecutivos y exejecutivos firmaron un acuerdo de delación premiada y relataron en detalle los engranajes de la corrupción. Se supo así que en el seno de la firma existía un departamento dedicado exclusivamente a mover ese dinero ilegal.
Marcelo pudo reducir gracias a esas confesiones a 10 años su condena inicial, de más de 19 años de cárcel. La empresa se comprometió además a pagar una multa de 2.600 millones de dólares a los gobiernos de Brasil, Estados Unidos y Suiza.
.