Desde hace años, el Circuito de Barcelona-Cataluña se ha ganado a pulso el acoger en primicia a los nuevos coches de Fórmula 1. Su representativo trazado, su cercanía a las fábricas de los equipos y sus condiciones forman una combinación definitiva para gozar del privilegio de albergar los test de pretemporada, pero eso puede estar en peligro de acabarse pronto. ¿El motivo? Solo uno, el mal tiempo que ha acompañado esta semana al paddock. El frío, la lluvia y la nieve han hecho aparecer voces reclamando un sitio más cálido, en concreto, Bahréin.