Un merecido retorno para Gonzalo Higuaín
El Pipa vuelve a la Selección Argentina en su mejor momento para los amistosos ante España e Italia, a pocos meses del Mundial de Rusia 2018.
Sentenciar es una necesidad en nuestra vida. Y en nuestro fútbol lo es aún más. Cometemos a menudo el error de definir ciertas situaciones, ciertas actuaciones, con criterio absoluto y sin repensarlo. Probablemente el ritmo de vida actual, la escasez de ocio y la cada vez más discontinuada rutina del debate en el bar favorezcan esta endemia que padecemos.
Lo hacemos con la política, con la economía y lógicamente con el deporte. Reducimos el análisis y lo archivamos una vez concluido.
Y en ese nuevo hábito, dentro de las verdades instaladas y nunca más revisadas, se encuentra la historia de Gonzalo Higuaín con la camiseta de la Selección Nacional. Un Higuaín al que se ha estigmatizado bajo la carátula de incapaz de hacer goles en finales.
Un Higuaín que ha sido víctima permanente de esta nueva modalidad de agresión que ha encontrado el formato ideal para ser avalado por la sociedad disfrazándose de humorada. Me refiero a los memes. Una burla permanente ante la cual la risa aparece como primera reacción. Una risa que nos impide realizar el ejercicio que más nos cuesta a los argentinos: ponernos en el lugar del otro.
Seguimos hablando del delantero de la Juventus en términos históricos y hasta caprichosos, juzgándolo como a un traidor a la patria mientras convivimos desde hace décadas con varios de ellos con total normalidad. Si el fútbol es la descarga de pueblo, Gonzalo es el chivo expiatorio por excelencia.
Hemos sido incapaces de verlo tras las tres finales que no pudimos ganar pero si jugar. La condena ha sido definitiva por parte de muchos. Pero hemos olvidado un dato no menor, el recambio no puede imponerse, debe suceder y sus tiempos quizá no sean los deseados. Como tampoco, quizá los delanteros de la nueva generación tengan el peso propio y la jerarquía del surgido en River.
En ese mientras tanto, con Rusia en el horizonte, cada vez más cercano, la confección del plantel de Sampaoli se nutrirá de los antecedentes con la celeste y blanca pero también de la actualidad de los futbolistas. Y aquí quiero detenerme.
Agüero atraviesa quizá su mejor temporada en Inglaterra. Pero detrás del Kun, ¿qué nombre es capaz de sostenerse por actualidad? Alario está en franco proceso de adaptación, Icardi no solo ha rendido poco acá sino que ha dejado de hacerlo últimamente allá, Pratto no termina de integrarse al juego de River, Benedetto está descartado por lesión y por rendimiento con la albiceleste y Lautaro Martínez, ya lo he dicho, es una gran promesa con un gran presente desde hace algunos meses, pero habrá que ser paciente con él pibe de Racing.
Nadie dice que deba ser titular Higuaín, pero recuperado desde lo mental de la taladrante y agobiante invasión del bulling mediante redes sociales, amigado con el arco nuevamente y atravesando otra enorme temporada en Europa me parece que reúne atributos suficientes para estar. Quien juegue es elección del entrenador y es correcto que así sea, pero prescindir de uno de los mejores centrodelanteros del mundo, que además de convertir, asiste, me parece demasiado. Ya ha cargado su cruz mucho tiempo. No considerarlo es como no perdonar a un amigo por un error cometido hace mucho tiempo. Es demostrar incapacidad para evolucionar y sobre todo, para aceptar la realidad.
Reitero, jugará quien haga méritos pero desechar a Higuaín por el solo hecho de seguir castigándolo por el pasado no solo es injusto, es una condena social tremendamente inmadura.