¿Cuántas veces te imaginaste visitando todos esos lugares del mundo a los que queres viajar? ¿y cuántas otras tuviste esa sensación inexplicable mientras armas la valija para irte de viaje? Viajar te permite almacenar recuerdos y experiencias llenas de emociones agradables, que resultan muy positivas para tu bienestar.

1. Reduce el estrés. Uno de los principales beneficios de viajar y el más obvio es disminuir los niveles de estrés. Dejar atrás la rutina, la actividad frenética del día a día, las presiones y los agobios son algunas de las “liberaciones” que sientes al irte de viaje. 

2. Favorece el autoconocimiento. Hacer un viaje, especialmente si lo realizas en solitario, te ayuda a conocerte mejor y a alejar tus miedos e inseguridades, ya que, al salir temporalmente de la rutina y de tenerlo todo bajo control, no sólo te enfrentas a nuevas situaciones, miedos e inseguridades propias de lo desconocido, sino que también te estás dedicando parte del tiempo a ti, a escucharte, a saber más sobre tus inquietudes, tus gustos y tus objetivos vitales.

3. Abre tu mente y te hace más sociable. La mayoría de personas vive condicionada por diferentes estereotipos y prejuicios. Viajar te permite conocer otras realidades y tomar un poco de distancia de los pensamientos inamovibles y las creencias arraigadas, abriendo tu mente y generando un cambio en tu punto de vista que, no sólo te ayuda a desarrollar nuevas y distintas percepciones sobre otras culturas y costumbres, sino también a ser más sociable y relacionarte de manera más amable con todo tipo de personas.

4. Mejora la resolución de problemas y reduce la ansiedad. Viajar te obliga a salir de tu zona de confort, de cambiar de escenario y transformar la perspectiva desde la que miras o afrontan ciertos problemas, mejorando tu capacidad resolutiva y disminuyendo la ansiedad que te producen las situaciones que no están bajo control. Es muy probable que, al visitar un país en el que no se hable tu idioma y el inglés te sirva de poco, necesites buscar otros métodos de comunicación para poder pedir un café, preguntar a un viandante por una calle o sacar un billete de autobús.

5. Te hace más feliz. Las sensaciones y experiencias vividas durante los viajes favorecen la liberación de diferentes hormonas, como las endorfinas, produciéndonos, de esta forma, una felicidad inmensa.