¿Qué significa la palabra sororidad?
En un principio, era patrimonio exclusivo de investigadores de temas de género, pero de a poco está saliendo de esa cápsula académica y empezando a ser utilizado en ámbitos más cotidianos.
Tal vez no lo hayas escuchado nunca, pero el término sororidad es cada vez más usado.
En un principio, era patrimonio exclusivo de investigadores de temas de género, pero de a poco está saliendo de esa cápsula académica y empezando a ser utilizado en ámbitos más cotidianos.
Según definió la escritora y periodista peruana Gabriela Wiener a BBC Mundo, “es la amistad entre mujeres que ni siquiera son amigas“.
Según un artículo de la Fundación del Español Urgente, también es llamado “hermanamiento femenino o entre mujeres” y el origen del término sigue el mismo patrón lingüístico que “fraternidad”, pero en lugar de partir de la voz latina frater (‘hermano’), lo hace de soror (‘hermana’).
Es la misma que se usa para referirse a las mujeres que pertenecen a una comunidad religiosa, como sor Juana, ejemplifica BBC Mundo.
Sororidad se refiere a la solidaridad entre mujeres, algo que para algunas personas no siempre es fácil de entender.
“Nos enseñan a las mujeres que debemos desconfiar de ellas, competir con ellas”, coincide por su parte Wiener.
Un término que no convence a todos
Sin embargo, hay quienes creen que este término tiene un lado oscuro.
Según Carolina Sanín, una escritora colombiana, el término sororidad es “nefasto” y decanta de la misma lógica patriarcal que denuncia.
“Con demasiada frecuencia sirve para que unas mujeres, constituyéndose patriarcalmente en mayoría según la conveniencia, conminen a otras a que se controlen y no se opongan a otras mujeres”, escribió Sanín en una columna para VICE.
“Las mujeres podríamos tratar de ser libres para admirarnos unas a otras y libres también para criticarnos conscientemente”, opina.
Por otro lado, la columnista Catalina Ruiz-Navarro plantea que “la sororidad no plantea que tengamos que ser mejores amigas ni que entre todas nos caigamos bien”.
En cambio, se trata de “entender que somos parte de un sistema que de alguna manera a cada una nos tiene jodidas y que nos vamos a aliar para enfrentarlo”.