El argentino que fue preso político en Venezuela
Estuvo encarcelado casi cuatro años por ser el abogado de militantes opositores. Cómo logró fugarse. Sus tristes recuerdos de Venezuela.
Durante 1.426 días, el abogado Marcelo Crovato fue el único preso político argentino en Venezuela. Primero, en la Brigada de Acciones Especiales en San Agustín del Sur; luego, con delincuentes comunes en Yare III, y finalmente, en su domicilio.
Y no dejó de ser un preso porque el régimen de Nicolás Maduro haya decidido respetar de una vez por todas sus derechos, sino porque consiguió huir. El 17 de marzo pasado, aprovechó que no había policías municipales custodiando su casa y escapó.
Primero se fueron su esposa y sus hijos. Cuando recibió noticias de que ellos ya estaban a salvo, se animó. “(Era) una noche totalmente solitaria y oscura para llegar a la frontera. Tuve que esperar en la ciudad de San Antonio que se hiciera casi de noche para poder cruzar. Fueron horas estresantes, aterrorizantes. Pensaba que ya estaba casi libre pero que me podían atrapar. Hubo un corte de luz, que son muy comunes, y en ese momento crucé el puente para llegar hasta Colombia”, relató en diálogo con El Cuarto Poder. Su destino final fue Buenos Aires. Su padre era argentino y su mamá venezolana, por lo que su vida siempre pendió entre ambos terruños.
Una magnífica noticia: @AbgMCrovato, argentino que fue preso político de Maduro, está en Colombia. Viva la libertad! Abrazos para mi compatriota, Marcelo Crovato, @ElkyArellano y su familia cc @CorneliaSL @laurmachado @JorgeFaurie @Nicomarsico @yamvetti @MagyCabrera @amnistiaar
— El Informatorio (@elinformatorio) 18 de marzo de 2018
INJUSTA DETENCIÓN
En la madrugada del 22 de abril de 2014, la policía venezolana realizaba allanamientos en la casa de unos vecinos acusados participar en las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro. Esos vecinos convocaron a Crovato para que sea su representante legal. Y por acudir a ese llamado, por cumplir con su deber, terminó preso.
La historia es impensable e indignante. “Terminó el procedimiento y me invitaron a acompañarlos a la comisaría para evaluar las actas, preparar toda la documentación, tomar declaraciones. Un par de horas después me dicen que yo también voy a quedar detenido. Yo les reclamo porque yo no estaba ni siquiera en la casa esperándolos cuando llegaron, yo llegué después. La respuesta (que recibí) fue: ‘son órdenes superiores’. Después descubrimos (lo) que (eso significaba): que se había decidido detener a un defensor de los derechos humanos cualquiera para dar un escarmiento, y la oportunidad se presentó conmigo”.
En los tres años y once meses que pasó en la cárcel, Crovato nunca tuvo un justo proceso. No hubo juicio en su contra, ni siquiera audiencia preliminar.
Tampoco recibió atención médica sin tener que pelear fuertemente por ella, haciendo incluso huelgas de hambre. Sufrió una lesión en la columna que requirió dos cirugías; estrés traumático, depresión, cáncer de piel, quistes en los riñones y chikungunya.
Ya en Buenos Aires, República Argentina, en territorio totalmente seguro, dispuesto a una nueva etapa de lucha por la libertad de Venezuela. No hay tiranía que no haya sido derrotada, tarde o temprano. Todos los que han pretendido esclavizar a Venezuela, han fracasado. pic.twitter.com/Ruo6rnjJn0
— Abg. Marcelo Crovato (@AbgMCrovato) 20 de marzo de 2018
EL RÉGIMEN Y SU SOSTÉN
¿Cómo se sostiene un régimen como el de Nicolás Maduro, que tantas penurias está haciendo pasar a sus habitantes? Con el respaldo de los militares y de los sectores sociales más inmersos en la miseria clientelar. “La cúpula militar –explica Crovato-- está totalmente incursa en delitos de corrupción, lesa humanidad, narcotráfico y terrorismo. Entonces, saben que si ellos pierden el poder van a ser enjuiciados en Estados Unidos, y van a recibir cadena perpetua y mucho más. Aparte, no quieren perder los ingresos (de la droga)”.
“Además, muchas personas reciben planes absurdos, de 20, 30, 40 pesos mensuales. Estas personas no quieren hacer ninguna acción contra el gobierno, temerosas de perder lo poco que tienen”.
De esta forma, sólo “protestan quienes no tienen nada que ver con el régimen y que tienen una conciencia clara de que Venezuela necesita libertad y democracia para poder desarrollarse, para que haya trabajo para todos, para que haya medicinas, para que haya educación. El año pasado las protestas se reprimieron a ráfaga de ametralladora y tuvimos 150 muertos ocasionados por el Estado”, lamentó.
HUIDA Y NUEVO HOGAR
“(Lo de los venezolanos) no es una migración, es una huída despavorida. Se ve sobre todo en Colombia porque las personas que no tienen recursos para huir, que no pueden pagar aunque sea el viaje en autobús desde Caracas hasta Buenos Aires, llegan allí y quedan como refugiados en cualquier parte. Inclusive están en la indigencia en ciudades fronterizas, pero ellos prefieren ser indigentes en Colombia que vivir en Venezuela, porque sea como sea hay comida, hay seguridad, hay medicina y mucho más en otros países”.
#NuevaFotoDePerfil pic.twitter.com/Cdw8Gd0WAk
— Abg. Marcelo Crovato (@AbgMCrovato) 26 de marzo de 2018
Marcelo, feliz con su nueva foto de perfil en Twitter: en la zona del Congreso en Buenos Aires, su "nuevo hogar".
Esa “abundancia” de esos otros países, llega a abrumar a quienes vienen de la escasez. Crovato tuvo que explicarle a su hijo menor, de siete años, que no era necesario llevarse lo que pudiera, que iba a volver a conseguirlo. “Entramos a un almacén y decía ‘papá, ¿por qué la gente no se lleva todo el pan que está ahí, qué están esperando?’; porque en Venezuela llega el pan y no lo ponen en las góndolas. Simplemente lo dejan en las cestas y en cinco minutos ya se agotó. Y mi hijo, que no conoció la Venezuela donde había de todo, estaba sorprendido de que aquí sí había de todos los productos”, cuenta el abogado, apesadumbrado.
El nene tendrá tiempo de acostumbrarse. Su papá ya tiene proyectos empresariales incipientes en la Argentina. “Este es mi país. Ya no tengo nada que hacer en ningún otro sitio. Aquí nació mi hijo mayor. Este ya es nuestro nuevo hogar”, esgrime, aliviado.
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Audio: Marcelo Crovato
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