Tan irreconocible estuvo Leo que, además de rematar -sin éxito- al arco sólo en dos oportunidades, ganó menos de la mitad de los duelos de pelota que disputó (apenas el 46,7%) y hasta vio la tarjeta amarilla por un foul táctico. 

Sobre el final, cuando apenas quedaban 4 minutos, el mejor del mundo tuvo la chance de darle la clasificación a Barcelona, pero ni esa le saldría: tras liberarse de la marca de tres defensores, no alcanzó a rematar y Alisson le ahogó el grito.

Tan irreconocible estuvo Leo que, además de rematar -sin éxito- al arco sólo en dos oportunidades, ganó menos de la mitad de los duelos de pelota que disputó (apenas el 46,7%) y hasta vio la tarjeta amarilla por un foul táctico. 

Sobre el final, cuando apenas quedaban 4 minutos, el mejor del mundo tuvo la chance de darle la clasificación a Barcelona, pero ni esa le saldría: tras liberarse de la marca de tres defensores, no alcanzó a rematar y Alisson le ahogó el grito.