Youtube enseque que quien no quiere aprender, es porque pone puros pretextos. Si deseas aprender a cocinar, seguramente ya habrá un canal que enseñe detalladamente; si quieres conocer incluso cómo imitar el sonido de Chewbacca, también puedes hacerlo.

Sin embargo, algo que quizá nunca hubiéramos imaginado, es el hecho de que la plataforma de videos podría ayudar a una mujer a dar a luz sin ayuda de nadie. Sí, lo sabemos, suena raro, pero es verdad. La estadounidense Tia Freeman se puso de parto en un viaje a Alemania y siguió paso a paso lo que los vídeos de Internet le decían.

La mujer, de 22 años de edad de origen estadounidense, dio a luz a su primer hijo Xabier Ata Freeman el pasado 7 de marzo de 2018. Xabier sería uno más de los 370.000 niños que nacieron ese mismo día salvo por un detalle: su madre parió completamente sola en la bañera del hotel en el que se alojaba en una escala de su vuelo a Alemania.

¿Cómo nos enteramos? Internet es un arma de doble filo; puedes pasar desapercibido o te conviertes en alguien viral. Ella platicó su historia a un amigo a través de un hilo de conversación en Twitter como cualquier otra persona, pero ahora, cientos de medios han recogido la información (incluyéndonos).

A través de una charla, Freeman comentó que ella se enteró hasta el último trimestre de su embarazo, pues su cuerpo no había presentado ningún cambio, además de que tomaba píldoras anticonceptivas, por lo que creía que por eso no llegaba su ciclo menstrual.

Decidió hacer caso omiso y después se dirigió a un viaje en el extranjero donde comenzó a sentir calambres y mareos, pero ella pensaba que se trataba de un alimento tóxico. Sin embargo, después entró en razón y pensó que quizá ya estaba en labor de parto, pero no sabía ni dónde había un hospital, ni hablaba el mismo idioma de los ciudadanos, por lo que decidió buscar en YouTube qué hacer… como buena millennial.

Lo primero que aparecieron fueron vídeos de cómo dar a luz en el agua y los siguió al pie de la letra. Comenzó a llenar la bañera con agua tibia, se metió en ella en la posición indicada y mordió una toalla mientras empujaba.

Cuando el bebé salió del vientre, masajeó su abdomen para expulsar la placenta, cortó el cordón umbilical con un cuchillo y lo pinzó con los cordones de sus zapatillas, que previamente había esterilizado con un hervidor eléctrico para el té que tenía en la habitación de su hotel.

Lo curioso es que Tia Freeman está sorprendida de haber causado impacto con su historia; no le parece algo tan particular. Así lo comentó en Twitter: “Sigo sin entender qué es lo sorprendente de mi historia. Algún día lo entenderé”.