Nueve años de prisión para un grupo neonazi
La justicia los acusó de atacar en forma violenta a grupos trans y a defensores de la igualdad de género entre 2013 y 2016.
El Tribunal Oral Federal en los Criminal 1 de Mar del Plata condenó a penas que van de 4 a 9 años de prisión a seis de los ocho jóvenes acusados de integrar una patota nazi que atacó con extrema violencia a grupos de personas trans entre los años 2013 y 2016 en esa ciudad balnearia. Durante el juicio se los vio en una imagen de video haciendo la reverencia a una cruz esvástica que habían pintado en un paredón; sus víctimas, amenazadas de muerte, apaleadas en algunos casos, declararon mostrando miedo; ellos rieron socarronamente aún estando en el banquillo de los acusados, y siempre se desligaron de lo que se debatió ante más de cien medidas de prueba; se declararon inocentes.
La pena que impusieron los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Bernardo Bibel, por unanimidad, tras una fundamentación breve del veredicto, es “por organizar -o formar parte- de una agrupación destinada a imponer sus ideas y combatir las ajenas por la fuerza o el temor; por el delito de pertenecer a una organización y realizar propaganda basada en ideas o teorías de superioridad de una raza, religión o grupo étnico”.
En algunos de los casos, en concurso por lesiones graves, por los casos en que atacaron a sus víctimas con caños de PVC rellenos de cemento.
El abogado querellante, César Silvo, detalló por LT10 la forma en que el accionar del grupo neonazi fue siendo cada vez más violento ante la pasividad de la policía y la justicia, que no advirtió a tiempo la gravedad del hecho. “Al principio, las víctimas no se animaban a hacer la denuncia. Cuando hacian la denuncia por pintadas nazis se minimizaba y nadie prestaba atención. Tuvieron que ocurrir dos sucesos con una persona en coma y otra con lesiones que pusieron en peligro su vida para que la justicia tomara las cosas con mayor seriedad”, dijo Silvo en una entrevista al programa El Cuarto Poder.
Los ataques
El objetivo de sus ataques fueron personas integrantes de la comunidad trans y defensores de la igualdad de género. Los atracaron desde octubre de 2013 a febrero de 2016, cuando fueron detenidos, y desde entonces ya no se registraron hechos de este tipo en Mar del Plata.
“Los delitos perpetrados por los acusados incitan al odio, a la hostilidad, a la discriminación, a la violencia, todos sentimientos destructivos del orden social y democrático”, leyó el juez Falcone, y desestimó el cuadro que habían intentado imponer las defensas: “Se nos ha presentado un falso escenario que sitúa estos delitos de odio como una confrontación de tribus urbanas en una disputa del espacio público”.
Así, aunque no todos los imputados estuvieron en los distintos hechos atribuidos a la organización, los jueces fundamentaron la participación de los condenados en el concepto de la coautoría.
“Es cierto, Olea no estaba cuando agredieron a Lucas Baima con palos de PVC cargados de cemento, pero cuando él llegó corriendo detrás, ¿qué hizo?: le escupió la cara y le espetó: ‘¿me vas a seguir tapando las esvásticas?’. No exonera -dijeron los jueces- la responsabilidad de Olea por haber llegado cuando el brazo estaba roto o la cabeza partida. La golpiza los representa a todos”.
Alan Olea, Gonzalo Paniagua y Oleksander Levchenko recibieron las penas mayores, condenados a nueve años y seis meses de prisión; Nicolás Caputo a ocho años y seis meses, y al igual que Giuliano Spagnolo, condenado a cinco años y seis meses de prisión, fueron detenidos tras la lectura del fallo y un forcejeo con los agentes federales que custodiaban la sala.
Franco Pozas, dueño de “un descomunal tatuaje” en el pecho de un águila del Tercer Reich, que exhibió cuando amenazó a un punk con manopla de acero y un cuchillo, fue condenado a cuatro años y seis meses de cárcel. Los jueces absolvieron a Giordado Spagnolo.
Para el Tribunal, “los graves hechos que se han ventilado en la audiencia oral han generado en nuestra ciudad un envenenamiento del clima social. Los acusados profesan una ideología totalitaria, racista y violenta, la dinámica del odio que estimula la ideología nazi conlleva a buscar la reafirmación frente al otro, frente al diferente, mediante la violencia, el objetivo ante el distinto, el inferior, el no ario primero es hacerlo callar para después alejarlo y finalmente exterminarlo”, dijeron.
Tras revocar los prisiones domiciliarias en sus casas de la ciudad de Mar del Plata, los detenidos cumplirán sus condenas en el Penal 28, que está ubicado en la localidad de Magdalena.
Audio: César Silvo (abogado querellante)
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