Empezar un cambio de alimentación saludable no es fácil, sobre todo si uno de los propósitos principales es perder peso. Es necesario pedir ayuda y ponerse en manos de un nutricionista que te ayude a conseguir el régimen más adecuado a vos y tu estilo de vida y tomartelo con calma para que el proceso se haga más llevadero.

Uno de los errores más comunes cuando se busca adelgazar es obsesionarse con contar las calorías de los alimentos que vas a consumir. Eso hace que a veces se descarten comidas saludables que se consideran calóricas.

Abandonar este tipo de hábitos nos va a llevar -probablemente- más que un solo día, pero es una buena oportunidad para empezar. Tal como lo explica a Clarín la directora de AnyBody Argentina, Sharon Haywood, es un proceso que lleva a una mayor autoaceptación, y comienza con algo pequeño.

Ella propone algunas acciones para empezar a implementar en nuestra vida diaria una realidad libre de dietas:

- Si te pesás regularmente, reducí la frecuencia con la que lo hacés con el objetivo de deshacerte de tu balanza completamente.

- Comprometete a dejar de cuestionar sobre tu peso a tus amigos, a tu pareja y -sobre todo- a vos mismo por una semana completa. Luego, al final de esa semana, revalidá tu apuesta por una semana más y luego otra, hasta que hayas desprogramado esa pregunta "¿estoy gordo?" fuera de tu conciencia.

- Escuchá a tu cuerpo. Si te pide un brownie, no le des una zanahoria. Vas a terminar comiendo una bolsa de verduras antes de sucumbir a tu verdadero deseo. Si te privás, probablemente no comerás solo un brownie, sino un plato lleno. Tu cuerpo sabe lo que necesitás. Aprendé a respetar su sabiduría innata.

- Eliminá un alimento dietético de la lista de compras. Cualquier producto etiquetado como libre de grasa y "light" entra en esta categoría. Elegí un nuevo producto bajo en calorías para eliminar de tus opciones de alimentos hasta que tu heladera esté llena de exactamente lo que tu cuerpo quiere, no los productos que pensás que te permitirán estar más delgada.

- Hacé por lo menos una cosa que estés posponiendo hasta que hayas perdido peso. Comprate ropa nueva, anotate en clases de ginmasia o invitá a esa persona que te gusta a salir.