Los riesgos de no diagnosticar la fibromialgia

Se realizó en el Concejo municipal una charla sobre la enfermedad, donde expusieron especialistas con el objetivo de concientizar sobre el tema. ¿De qué se trata esta dolencia?

Cerca de 2 millones de argentinos padecen fibromialgia (casi una de cada 20 personas), aunque la mayoría no lo sabe, ya que sus síntomas son en su mayoría difusos e inespecíficos.

Se trata de una enfermedad crónica que afecta en su gran mayoría a mujeres (80-90% de los casos) entre los 30 y 50 años de edad, mientras que el 10-20% restante lo constituyen hombres, ancianos y niños.

Si bien se le atribuyen causas infecciosas, predisposición genética o trauma psicológico como disparador, hasta el momento no se conoce con exactitud su origen, aunque es principalmente abordada como enfermedad reumatológica.

Debido a las características difusas de los síntomas, muchas veces llevan a una demora en arribar al diagnóstico, por lo que los pacientes suelen peregrinar por los consultorios médicos sin hallar respuesta a su padecimiento.
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como enfermedad en 1992, aún en la actualidad muchos médicos reniegan en aceptarla como tal, no sólo en la Argentina sino en muchos países del mundo.

Cada 12 de mayo se celebra el Día mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica, con el objetivo de concientizar y ampliar la información, tanto para la sociedad como en la propia comunidad médica.

Cómo reconocerla

El principal síntoma es el dolor muscular de carácter moderado a intenso, que se presenta en forma prolongada.Éste debe ser mayor a tres meses y en al menos cuatro o cinco partes diferentes del cuerpo para ser considerado originado por la fibromialgia. En la mayoría de los casos, se asocia a una limitación de la actividad cotidiana.

Se acompaña de un profundo e inexplicado cansancio. Los trastornos del sueño y el estado de ánimo depresivo y la ansiedad son casi infaltables.
Este cuadro produce un significativo deterioro de las actividades de quien lo padece, con un impacto negativo sobre la vida personal, familiar y laboral, lo que constituye un problema social y económico.

Su prevalencia se estima, según las distintas poblaciones estudiadas, entre el 1 y 8 % de las consultas de servicios ambulatorios generales y hasta en un 20% de los centros de reumatología.

La heterogeneidad de los síntomas y la falta de hallazgos específicos en los estudios complementarios generan desconcierto en los pacientes y en los profesionales no familiarizados con esta temática.
 
Sin ley

Desde 2011 los pacientes con fibromialgia luchan por la sanción de una ley que los proteja, pero aún este proyecto no ha prosperado.

A raíz de este "vacío legal", las personas con esta enfermedad son privadas del reconocimiento a su estado de salud, el derecho a obtener un certificado de discapacidad, la adaptación de la carga laboral acorde a su situación y una pensión por invalidez en el caso que corresponda.
 

El primer paso será el reconocimiento de la fibromialgia como una entidad potencialmente incapacitante en personas jóvenes, tanto desde el punto de vista formal como para la comunidad médica y la sociedad en general. Posteriormente, el acceso al tratamiento multidisciplinario en términos de gratuidad. Y, por último, el reconocimiento de un sistema de pensiones para las personas más afectadas.