Una de cada diez embarazadas sufre Diabetes gestacional
Los bebés con exceso de insulina corren mayor riesgo de ser obesos durante su niñez y tener diabetes de tipo 2 de adultos.
En caso de presentarse, la diabetes gestacional suele afectar a la madre en el último trimestre del embarazo, luego de que se formó el cuerpo del bebé, y mientras éste todavía está creciendo. Por esta razón, la diabetes gestacional no causa el tipo de defectos de nacimiento, que a veces se presentan en bebés cuyas madres tenían diabetes antes del embarazo.
A ciencia cierta no es posible detectar la causa precisa de la diabetes gestacional, pero los especialistas cuentan con algunas pistas.
"La placenta sostiene al bebé mientras crece, y son las hormonas de la placenta las que contribuyen al desarrollo del bebé. Son ellas mismas las que bloquean la acción de la insulina en el cuerpo de la madre. Este problema se denomina resistencia a la insulina, cuadro que dificulta que el cuerpo de la madre utilice la insulina y es probable que necesite una cantidad de insulina hasta tres veces más alta". Así lo explicó el médico diabetólogo Daniel Dionisi.
Es habitual que la diabetes gestacional se dé en embarazadas que nunca tuvieron diabetes, pero que poseen un nivel alto de glucosa en la sangre durante la gestación.
Según precisó el especialista de Ámbar Casa de Salud a través de Infobae, "la diabetes gestacional se inicia cuando el cuerpo no puede producir ni utilizar toda la insulina que necesita para el embarazo, y sin suficiente insulina, la glucosa no puede salir de la sangre y convertirse en energía". "El nivel de glucosa subirá porque se acumula en la sangre; esto se llama hiperglucemia", agregó.
"La diabetes gestacional no tratada o mal controlada puede hacerle daño al bebé -apuntó Dionisi-. Cuando una paciente tiene diabetes gestacional, el páncreas funciona horas adicionales para producir insulina, pero la insulina no baja el nivel de glucosa de la sangre. Aunque la insulina no cruza la placenta, la glucosa y otros nutrientes sí lo hacen. La glucosa adicional en la sangre atraviesa la placenta, lo que hace que el bebé tenga un alto nivel de glucosa".
Esto puede producir macrosomía o un bebé "gordo". "Los bebés con macrosomía enfrentan problemas propios de salud, entre ellos daño en los hombros durante el parto", explicó el diabetólogo, quien precisó que "debido a la insulina adicional producida por el páncreas del bebé, los recién nacidos pueden tener un nivel de glucosa muy bajo al nacer y también corren mayor riesgo de tener problemas respiratorios".
Los bebés con exceso de insulina corren mayor riesgo de ser obesos durante su niñez y tener diabetes de tipo 2 de adultos.
En la mayoría de los casos, este tipo de diabetes desaparece cuando el bebé nace, pero una vez que una mujer embarazada tuvo diabetes gestacional, posee más riesgo de que aparezca en otros embarazos y también de desarrollar diabetes tipo 2 en un futuro.
"Es importante recordar que los controles y visitas al obstetra durante el embarazo y post parto juegan un rol fundamental en el desarrollo saludable del niño por nacer y del recién nacido", aconsejó Dionisi.
E indicó algunas recomendaciones para mantener los niveles de glucosa bajo control.
– Seguir una dieta balanceada. Es recomendable consultar a un
– Hacer ejercicio físico. Los estudios muestran que el ejercicio moderado ayuda al cuerpo a procesar la glucosa y hace que los niveles de azúcar en la sangre estén en su nivel adecuado. Caminar o nadar todos los días durante 30 minutos, ayuda a controlar la diabetes gestacional. Sin embargo, como el ejercicio no está recomendado para todas las mujeres, pregúntale a al médico qué tipo de ejercicio conviene.
– Ir al médico y realizar los controles. Tener un control durante el embarazo es muy importante. Dependiendo de los resultados, el obstetra practicará pruebas para seguir los niveles de la glucemia en la sangre y la glucosa.
La dieta tendrá que contener el equilibrio correcto de proteínas, grasas y carbohidratos, al tiempo que debe proporcionar la cantidad adecuada de vitaminas, minerales y calorías. Para mantener estables los niveles de glucosa, es esencial no saltear comidas, sobre todo el desayuno, y que evitar productos azucarados, como los caramelos, las galletas, los pasteles y los refrescos o gaseosas.