Libertad sacó ventaja ante Estudiantes en la final

El Tigre se impuso en el primer duelo de la Final de La Liga Argentina por 97 a 91. Barovero fue el goleador del juego con 30 puntos.

Con el resto suficiente para manejar con cierta comodidad el cierre. Así terminó Libertad imponiéndose ante Estudiantes de Olavarría en el primer juego de la final de Liga Argentina. Fue 97 a 91, donde los protagonistas desplegaron buen básquet en un espectáculo sumamente atractivo. El estratega Copello fue decisivo en el tramo final mientras que Barovero (30) y Zago (22) estuvieron intratables en la ofensiva.

Fueron seis minutos decisivos pero que terminaron definiendo el encuentro porque la paridad que mantuvieron en los dos cuartos anteriores (en el primer capítulo, el local lo cerró 10 arriba) se evaporó sorpresivamente en el arranque del último período y los olavarrienses lo terminaron pagando caro.

El dueño de casa se distanció 14 puntos (83-69), y más allá del esfuerzo bataraz que pudo reducir la desventaja, nunca incomodó a los Tigres que lo terminaron cerrando con mucha autoridad. Nicolás Copello, que antes de iniciar el capítulo final tenía solo un doble en su casillero, fue fundamental para el triunfo. Porque manejó los hilos del equipo y aportó 15 puntos en estos 10 minutos. Gracias a su puntería, en menos de 2', los aurinegros se alejaron a una decena.

Con un Libertad encendido, la visita intentaba resistir con la voluntad de Schoppler. Pero siempre había una respuesta rival: o Zago se hacía notar en la pintura (tremenda la lucha de moles con Essengue) o Eseverri  y Barovero castigaban desde los 6,75. Todos los soldados de Saborido aportaron a la causa para ensanchar la grieta hasta 14. Herido en su honor, Estudiantes quemó sus últimos cartuchos y se acercó a 5 cuando restaban 60 segundos con los escopetazos de Rodríguez y el ímpetu de Brocal. Diferencia que se repitió a 37'' de la despedida. Pero chocaron con la lucidez del "killer" Copello que convirtió las últimas 7 unidades para que los Tigres festejen el primer punto de la serie ante un rival complejo que hizo gala de su juego colectivo, asombrando la paciencia que tienen los hombres de Siemienczuk para darle destino al balón en las definiciones de las jugadas.