Un dramático caso ha revelado una mujer de 50 años, Theresa Lynch, quien contó que casi quedó ciega por no quitarse la máscara de pestaña por más de 25 años, dejándola con grumos negros y muy sólidos, los que se incrustaron debajo de sus párpados.

Según relató el medio británico Daily Mail, la mujer de Sydney, pidió una cita al doctor luego de que presentara una severa irritación ocular, secreción y una sensación incómoda debajo de los párpados que los lubricantes no lograban aliviar.

Así fue como los médicos notaron que la mujer tenía protuberancias calcificadas duras debajo de sus párpados. Estos bultos representaban un riesgo grave para su visión, por lo que necesitó ser operada de urgencia para extraer todo lo acumulado.

Theresa indicó que éstos grumos estaban tan incrustados que las partículas se acumulaban una sobre la otra.

"Estaba muy incómoda. Mis párpados estaban hinchados y pesados porque los dejé por mucho tiempo", explicó. Además agregó que "había caído en la mala costumbre de llevar mucho maquillaje y no limpiarme por las noches. Nunca debería haber dejado que llegara tan lejos".