Miles de gérmenes pueden habitar tu almohada
Aunque no queramos saberlo, parece ser este cómodo accesorio no está libre de ácaros, hongos y muchas otras cosas.
Las primeras investigaciones sobre contaminación por hongos en las camas datan de 1930, aunque no se registra una amplia variedad de estudios. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Manchester nos advierte que allí encontraron 16 tipos distintos.
Analizaron diez almohadas, la mitad sintéticas y la mitad de plumas, de entre 18 meses y 20 años de uso. En todas encontraron una presencia significativa de hongos. Entre las variedades halladas están aquellas que exacerban el asma (particularmente en las almohadas sintéticas), moho presente en el pan y el vino y, en algunos casos, hasta los hongos presentes en las paredes húmedas.
¿Por qué sucede esto? Bueno, de acuerdo a los investigadores, al parecer los hongos se alimentan de células de piel muerta y heces de ácaros, dos cosas que abundan en las almohadas. Y la temperatura cálida y húmeda que ganan al acostarnos colabora al pequeño ecosistema.
Claro que los hongos y los ácaros están presentes en todos lados, pero los investigadores creen que esto puede empeorar problemas respiratorios.
¿Y las sábanas?
En 2017 se conoció el caso de Xu, una mujer china que se levantó una mañana con sus ojos hinchados y, al consultar con un médico, le informaron que había más de 100 ácaros viviendo en sus pestañas. Cabe aclarar que, de acuerdo a lo informado, pasó dos años con picazón en la zona y no cambiaba la sábana que recubre la almohada desde 2012. Por suerte, solo tuvo una reacción similar a la alergia, por lo que pudo recuperarse sin inconvenientes.
Entonces, ¿qué hacemos?
Nuestras almohadas seguirán siendo hogar de hongos, bacterias y ácaros. Lo recomendable, por un lado, es cambiar las sábanas cada una semana (y recordar hacerlo luego de estar enfermos). Si no se puede cumplir con esta frecuencia, al menos se aconseja cambiar las fundas de las almohadas.
Por otro lado, la National Sleep Foundation de Estados Unidos recomienda cambiar las almohadas cada dos años. Como recomendaciones adicionales indican lavarlas dos o tres veces al año y, si tuviesen una funda protectora, higienizarla mensualmente.
¿Cómo se si se terminó la vida útil de la almohada? Con estos consejos:
- Si es sintética, al doblarla por la mitad debería regresar lentamente a su posición natural. Si lo hace rápido o queda doblada, hay que cambiarla.
- Si es de plumas, al sacudirla después de la noche debería recuperar su volumen hasta volverse nuevamente esponjosa. Si queda compacta, las plumas se deterioraron.
- Cuando las almohadas de espuma se deterioran aparecen bultos y deformidades.
- Si desprenden mal olor, es tiempo de recambio.