Hugo Ortega: “La cabeza de un científico no para nunca”
El doctorado en Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL fue distinguido con el premio estímulo a los jóvenes científicos que entrega la Fundación Bunge y Born. Hoy es docente de la UNL e investigador del Conicet.
El médico veterinario santafesino Hugo Ortega, fue galardonado con el Premio Estímulo 2011 a Jóvenes Científicos de la Fundación Bunge y Born, por su investigación destinada a mejorar la productividad ganadera a través de la comprensión y eventual tratamiento la enfermedad quística ovárica. Se menciona, además, su participación activa en líneas de investigación dirigidas al uso médico de células madres y el uso de nanotecnología para optimizar el tratamiento de enfermedades oncológicas.
Ortega, quien se hizo acreedor al Premio Estímulo a Jóvenes científicos, tiene 40 años, se doctoró en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral y se desempeña como Profesor Asociado e Investigador Independiente del CONICET en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Litoral.
Su producción científica incluye la publicación de 76 artículos científicos, 40 de ellos en revistas de reconocido prestigio internacional. Ha realizado, además, 60 presentaciones en reuniones científicas. La importancia de su trabajo queda reflejada en los numerosos reconocimientos recibidos, entre los cuales se destaca el premio “Diez Jóvenes Sobresalientes de la Provincia de Santa Fe para el año 2007” y el “Premio Gaspar Juárez en Ciencias Biológicas” otorgado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales” en el año 2010.
El Jurado expresó también que el carácter distintivo de la acción del Dr. Ortega se refleja en la formación de recursos humanos en su lugar de trabajo que incluye la dirección, co-dirección y tutorías de veinticinco pasantías en temas de su especialidad, la dirección de cuatro tesis doctorales finalizadas y de tres en ejecución, la dirección de dos tesis de Maestría, que también han finalizado. Dirige y co-dirige a diecisiete becarios del CONICET (doctorales y postdoctorales). Dirige a dos investigadores y codirige a otro, los tres también del CONICET. Esta actividad revela una intensa tarea en la capacitación y formación de un sólido grupo de trabajo en la especialidad.
En diálogo con LT10, Hugo Ortega, docente de la UNL e investigador del Conicet que recibió el premio Estímulo 2011 a Jóvenes Científicos de la Fundación Bunge y Born, expresó que “este reconocimiento es para un grupo de científicos que estamos trabajando desde hace un tiempo y del cual yo soy el menos joven. Este premio está motivado por el desarrollo que hicimos con un grupo de científicos en la Facultad de Ciencias Veterinaria de la UNL. El área de biología molecular no tenía desarrollo en nuestra facultad y en este momento hay 25 personas trabajando en el grupo con un importante financiamiento nacional e internacional”.
Además, Hugo Ortega agregó que “en estos momentos estamos trabajando en el desarrollo de nanotecnología que es un tema de vanguardia en estos momentos, que es una suerte de quimioterapia dirigida. También, estamos trabajando en temas importantes para la producción como es la enfermedad quística ovárica en las vacas o la mastitis en los tambos”.
Consultado si los santafesinos somos conscientes del potencial científico que tiene Santa Fe, el docente de la UNL e investigador del Conicet manifestó que “yo creo que sí. En estos momentos tenemos dos líneas de financiamiento muy grandes de la agencia de promoción científica. Es el finaciamiento más grande de la historia”.
En este sentido, Hugo Ortega señaló que “la primera es de biotecnología y los ganadores del proyecto fueron Zeltek y la UNL. La segunda fue de nanotecnología y los ganadores fueron UNL con la empresa Eriochem. En Santa Fe hay una plataforma y una generación de conocimiento básica que cuando es necesario aplicarlo los científicos están preparados para hacerlo”.
Consultado sobre cómo es la vida de un científico, el docente de la UNL e investigador del Conicet explicó que “es un trabajo normal sólo que un científico no tiene horarios. A uno se le ocurre algo en cualquier momento y tiene que ir a anotarlo. Lamentablemente, la cabeza no para nunca. Uno no es un empleado de comercio. Ser científico a veces es un trabajo y otras veces es un hobby”.