La mitad de los latinoamericanos prefieren el celular antes que el sexo
Una encuesta realizada en países de la región presenta datos curiosos sobre la relación que tenemos con nuestro celular.
El teléfono celular se convirtió en un elemento común en nuestra vida cotidiana. Están quienes no se despegan de él, casi como si fuese una extensión de su cuerpo; otros que pueden permitirse dejarlo abandonado sobre algún mueble de la casa por un rato; y otros que aun intentan entender cómo es que con ese aparato se pueden mandar mensajes escritos.
Usualmente los tratamos con delicadeza, en parte porque son frágiles pero también, digámoslo en voz alta, porque no podríamos pensar qué sería de nosotros si de repente dejara de funcionar.
Estas conductas, que a veces pueden considerarse adictivas, son las que se evaluaron en la encuesta #PhoneLifeBalance. De allí se desprende que la mitad de los participantes (más de 46 mil argentinos) realiza un uso consciente de su smartphone.
El 13% de ellos está considerado un phone-sapiens, lo que significa que su vínculo con el teléfono se limita a lo estrictamente necesario, desaprovechando muchas de sus funcionalidades. Por el contrario, el otro 38% es el que ha logrado el balance perfecto entre su teléfono y su vida.
De la encuesta participaron un 67,75% de hombres y un 31,27% de mujeres, y el 40% de ellos pertenece al rango etario de 30 a 39 años. El 34,6% del total de participantes, sin embargo, confesó un vínculo mucho más fuerte con su celular; mientras que el resto tiende a la obsesión.
¿Qué tipo de usuario sos?
La encuesta clasificó a los participantes en cinco categorías:
-Nivel 1 – Phone-Sapiens: son quienes emplean su teléfono para cuestiones básicas, como llamar por teléfono. Incluso lo prefieren por sobre enviar mensajes escritos. Su presencia en redes sociales es acotada y no aprovechan todas las facilidades que les proporciona la herramienta.
-Nivel 2 – Phone-Consciente: son quienes viven con su teléfono y no en él. Hacen un uso del smarthpone para ahorrar tiempo y energía que podrían invertir en cosas que realmente les importen. Valoran sus relaciones personales y encontraron el balance perfecto entre el teléfono y la vida personal. Es el estado ejemplar.
-Nivel 3 – Phone-Enamorado: aquí ya comenzamos con los inconvenientes para despegarnos del aparato. Quienes pertenecen a esta categoría lo usan en sus tiempos libres solo porque está ahí, aunque sus modales personales les indican cuándo y dónde usarlo.
-Nivel 4 – Phone-Fanático: continuamos el descenso hacia la dependencia. En este caso, el celular jamás está a apagado y siempre está cerca. Suelen asegurar que son multitarea cuando lo que logran es distraerse de múltiples maneras.
-Nivel 5 – Phone-Dependiente: ¡hemos llegado! Aquí se encuentran las personas que nunca dejan de usar el teléfono. Es lo primero y lo último que ven en el día, y separarse del dispositivo les genera estrés. Es la realidad más negativa de todas, ya que la relación con el celular eclipsa las relaciones personales. Por suerte, solo un 0,27% de los encuestados nacionales pertenece a esta categoría.
¿Qué hay detrás de estos números?
El estudio de la situación actual del vínculo entre el celular y las personas comenzó en febrero, en conjunto con la Universidad de Harvard. La Dra. Nancy Etcoff, especialista en la conducta Mente-Cerebro y Ciencia de la Felicidad de la institución, determinó que el 49% de los encuestados revisa su smartphone más de lo que querría.
Además, muchas de estas veces sucede que lo activan para ver el clima o la hora y de repente se encuentran haciendo algo más. El 64% de los argentinos participantes también ha confesado que el móvil es su mejor compañero cuando van al baño.
"Para la mayoría de los usuarios de teléfonos inteligentes, los comportamientos problemáticos consisten en respuestas inconscientes y malos hábitos que requieren de ayuda para superarlos”, afirma la doctora Etcoff.
“Los pequeños cambios de conducta, el control del entorno y la atención plena son herramientas útiles para este propósito, al igual que los esfuerzos que realizan las empresas de la industria de los smartphones. El amplio patrón social que revela esta encuesta llevada a cabo en varios países señala la necesidad del entendimiento y accionar colectivo”, completa.
¿Qué sucede en Latinoamérica?
En la región participaron más de 126 mil personas, de las cuales el 15% pasa las 24 horas del día con el dispositivo al alcance de la mano. Sin embargo, el 54% estaría dispuesto a renunciar durante un mes al celular, antes que al sexo.
Por otro lado, el 65% de los participantes de América Latina revisa sus notificaciones antes de levantarse por la mañana. Lo curioso es que un detonador de esta ansiedad es que quien esté con ellos lo haga antes: más del 74% de los participantes aseguró que revisaría su celular en cuanto uno de sus amigos lo hiciera primero.
¿A dónde vamos con esto?
La iniciativa es producto de la empresa Motorola. Su gerente de Marketing en Argentina, Valeria Fernández, explicó que “como creadores del primer teléfono móvil de la historia, nos sentimos responsables de analizar el impacto de esta tecnología de rápida evolución y el deseo de tenerla, sin que se convierta en el centro de nuestras vidas”.
El objetivo es, primero, contar con un análisis del estado de situación para, luego, avanzar sobre los distintos aspectos necesarios que surjan del diagnóstico. La empresa ya cuenta con el auspicio de una aplicación para ayudar a los usuarios a desintoxicarse del aparato durante 60 días.
De esta manera, queda demostrado que los fabricantes de tecnología empiezan a considerar a su uso como una preocupación. Aquello que llegó para facilitar nuestras vidas puede estar absorbiéndolas.