Tres pasos para mejorar la memoria
¿Cuán olvidadizo sos? ¿No podés recordar dónde dejaste las llaves o qué ibas a hacer cuando entraste en la habitación? Cómo una buena historia puede ayudarnos a recordar un aprendizaje que se nos escapa.
¿Quizás tu fuerte no sean los nombres, o los detalles, o las tareas del día? ¿O, tal vez, te olvidás de lo que aprendés? Por casos así, un psicólogo decidió explicar un método para mejorar la memoria que consiste en tres pasos.
Eric Haseltine publicó un artículo en la revista Psychology Today donde describe esta fórmula como “fácil, práctica y divertida”. Lo que recomienda el especialista es “utilizar la fortaleza natural de tu cerebro en una forma no natural pero eficiente”, esto es, la capacidad de narrar (o storytelling).
El profesional indica que la primera vez que se encontró con esta herramienta fue cuando su padre le enseñó a hacer un nudo náutico y utilizó, debido a que el pequeño no podía recordarlo, la historia de un conejo. Ya de adulto, pudo ver los tres pasos ocultos de esa historia, que permitieron que permanezca en su memoria hasta la actualidad, algo que no lograban las explicaciones técnicas.
Haseltine sostiene que el método tiene tres etapas:
1- Transformar la información que queremos aprender en una historia;
2- Hacer la historia lo más visual posible;
3- Encontrarle una moraleja para darle importancia.
De hecho, esta es la base detrás de los cuentos infantiles que narramos a los pequeños para que aprendan lecciones de vida. “Si solo les dijéramos ‘nunca provoques una falsa alarma’, la mayor parte de los niños levantarían sus ojos y tirarían ese conocimiento al tacho mental de las cosas ‘tontas’ que los padres dicen”, escribe el especialista.
Así, el ejercicio no solo nos ayudará a recordar con mayor facilidad sino que será un buen ejercicio para nuestro cerebro. Y, como todo ejercicio, al principio costará más, pero una vez que nos acostumbremos, podremos hacerlo con mayor facilidad.
Ya tenemos los tres pasos, ahora ¿cómo construimos una historia? Haseltine sugiere que nuestros cerebros están familiarizados con una forma determinada de historias: A se lanza a satisfacer la necesidad de B, se encuentra con un obstáculo C y, por lo tanto, adopta una conducta D que puede o no satisfacer la necesidad de A, de acuerdo a la sabiduría de la medida. Ese comportamiento para superar el obstáculo C es la moraleja de la historia.
¿Un ejemplo? El autor también nos ilustra el método con una historia. Por caso, toma diez palabras aleatorias para incluir en una narrativa coherente: sonreír, telaraña, arco, peine, jardín, tinta, cordón, rayo, pies, salvaje. El cuento es el siguiente:
"Una mujer exploraba lo que creía que era un gran jardín, aunque pronto vio que estaba perdida en un bosque salvaje y necesitaba encontrar su camino a casa. Trató de orientarse mirando la dirección del sol gracias a un rayo de luz que traspasaba un arco de árboles. Pero luego de viajar mil pies en la dirección que creyó correcta, notó una telaraña que ya había visto y se dio cuenta que caminaba en círculos. Así que, para mantener una línea recta, usó un diente de su peine para desenredar un cordón que llevaba y convertirlo en pedazos de hilo que ató y dejó en el suelo tras de sí. La estrategia funcionó y la sacó del bosque, haciéndola sonreír. Cuando volvió a casa, mojó su pluma en la tinta y escribió la aventura en su diario".
La moraleja del cuento es que “podés superar los obstáculos empleando objetos cotidianos en formas para las que no estaban pensados”, afirmó el especialista. Lo importante es, a medida que lo armamos, construir su imagen mental para activar la memoria visual.
Este método, de acuerdo a Haseltine, también sirve para entender eventos que ocurrieron en nuestra infancia. De hecho, él lo probó con episodios de bullying que sufrió de pequeño y entendió por qué, al día de hoy, no intenta encajar en grupos. “Buscar los obstáculos con los que nos encontramos, recordar qué sucedió cuando intentamos sobrepasarlos, descubrir la lección ‘moral’ que nos dejó y entender cómo marca nuestra forma de ser hoy” es una buena forma de comprendernos.