El presidente del opositor Consejo Nacional de Transición libio reveló ayer que hicieron llegar a Muammar Kaddafi, a través de la ONU, una propuesta de paz que contempla que el líder libio pueda permanecer en el país bajo supervisión internacional tras renunciar al poder.

"Hemos ofrecido una solución pacífica para que pueda dimitir y ordenar a sus soldados que se retiren a sus cuarteles y posiciones y después pueda decidir si se queda en Libia o se marcha", afirmó Mustafá Abdel Jalil desde Bengazi, la ciudad controlada por los rebeldes, en declaraciones que reproduce la agencia de noticias Europa Press.

La oferta habría sido realizada hace ya un mes, pero hasta el momento no han recibido respuesta de Trípoli, aseguró Jalil.

"Si desea permanecer en Libia, habrá que decidir el lugar y será bajo supervisión internacional. Habrá una supervisión internacional de todos sus movimientos", precisó el dirigente rebelde.

La oferta "la hemos hecho a través de un enviado de la ONU, pero no hemos recibido respuesta", añadió.

En cuanto al paradero de Kaddafi, Jalil dijo que posiblemente se encuentre en un cuartel o en "un edificio civil" para evitar los bombardeos de la coalición internacional.

La entrevista con Jalil se realizó en un edificio oficial de Bengazi, en una sala modestamente decorada con una gran bandera monárquica, símbolo de los rebeldes. Sin embargo, el dirigente aseguró que no quiere dirigir el país tras la imaginada caída de Kaddafi.

"No quiero estar en ese cargo. Estoy aquí para el periodo de transición. Se decidirá quién será el líder a través de elecciones y no tengo intención de presentarme como candidato", señaló.

Precisamente, sobre la transición Jalil defendió el diálogo como fórmula. "Queremos una solución política que ponga fin al derramamiento de sangre y que evite una mayor destrucción y daño para el país", afirmó.

"Pero si no hallamos una solución, nos centraremos en la acción militar", advirtió.

Una vez que Kaddafi abandone el poder, explicó Jalil, el objetivo es construir una nueva Libia, un Estado democrático que respete las tradiciones islámicas, pero en el que los libios puedan escoger a su líder en votación libre y justa.

"Libia será un país libre, democrático e islámico. Será gobernado de acuerdo con la interpretación moderada del Islam.

Prohibirá el asesinato de civiles y no permitirá que se robe al pueblo", enumeró Jalil al trazar una somera descripción de lo que imaginan si logran la salida de Kaddafi del poder.