¿Existen riesgos médicos y complicaciones al hacerse un tatuaje?
Si bien los materiales fueron evolucionando y los peligros se redujeron, hay que tener en cuenta ciertos factores.
Con el objetivo de determinar si las personas están debidamente informadas sobre los riesgos médicos y las complicaciones asociadas a los tatuajes y averiguar la diferencia de este conocimiento entre personas tatuadas y sin tatuar, el Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology ha realizado un estudio basándose en datos de una encuesta on-line realizada a personas tatuadas y no.
La mayoría de los participantes no conocían los componentes de las tintas de tatuajes, más del 70 por ciento de ambos grupos respondió incorrectamente a cuestiones de este tipo. Solo el 20 por ciento de todos los encuestados “sabían que la tinta roja tiene más riesgos para la salud”. Esto sucede, explican, porque “contienen azoicos, unos compuestos orgánicos potencialmente tóxicos. Por ello, la tinta roja parece estar conectada a reacciones cutáneas crónicas y alérgicas causadas por tatuajes”.
Las tintas modernas de tatuaje “pueden contener goma laca, conservantes, aminas aromáticas, colorantes azoicos, hidrocloruro, colorante para alimentos, amoniaco y níquel”. Además, destacan los autores, “las tintas también pueden contener componentes metalíferos que pueden provocar trastornos pigmentarios, inflamaciones y cicatrices”. Según cuentan, todas “son muy fotosensibles” y, para evitar la desaparición de los colores a lo largo de los años, recomiendan utilizar protección solar en el área tatuada en verano; algo que conocían más 85 por ciento de los participantes del estudio.
Hasta el momento “no se ha demostrado una conexión clara entre los tatuajes y el cáncer de piel”. Sin embargo, “aunque no se ha demostrado su carácter perjudicial, sabemos que pequeñas cantidades de partículas de tinta siempre pasan al sistema linfático y se acumulan en los ganglios linfáticos”.
Riesgos a los que se exponen las personas tatuadas
Existen dos niveles de riesgos médicos de los tatuajes: leves y avanzados. Los riesgos leves son aquellos “habituales y que se tratan en el hogar”. Consisten en la “formación de coágulos de sangre alrededor de los vasos sanguíneos rotos que conforman un hematoma, resultado de la intervención del tatuador”. Posteriormente, “es imprescindible cuidar la zona para prevenir infecciones”.
Los avanzados “son aquellas reacciones adversas más serias en los tatuajes, asociadas con malestar significativo que, normalmente, llevarían al paciente a consultar a un médico”. Estas reacciones “incluyen inflamación aséptica, reacciones alérgicas e hipersensibilidad a la tinta del tatuaje, especialmente a la tinta roja”.
Más del 90 por ciento de ambos grupos sabían que la eliminación de tatuajes no reduce los riesgos. Las complicaciones médicas como reacciones alérgicas, hipersensibilidad a la tinta, granuloma o formaciones queloides, “requieren la eliminación de tatuajes que, a menudo, es dolorosa y puede dejar cicatrices”. El tratamiento con láser para eliminarlos “realmente no los elimina”. Según explican, “la tinta nunca sale del cuerpo. Salvo una pequeña cantidad que se excreta a través del hígado, los pigmentos se almacenan en los nódulos linfáticos y otros tejidos”.