Tres simples ejercicios para fortalecer la memoria
Más allá de sudokus, crucigramas o leer mucho, hay otros trucos a realizar que nos pueden servir.
Hay quienes aseguran que tener más o menos memoria depende en gran parte de nuestra genética. No obstante, también está a nuestro alcance mejorarla y ejercitarla para potenciarla o mantenerla.
Cómo funciona la memoria es algo bastante complejo y, a grandes rasgos, comprenderlo puede ayudarnos a corregir lo que hacemos mal. Así lo asegura la psicóloga española Laura Vera, con motivo de la publicación de su libro, '¿A qué he venido yo aquí?', un manual en el que explica que la memoria consta de tres fases, más o menos diferenciadas.
La primera fase es el 'registro’. Es la fase en la que recibimos la información a través de nuestros sentidos, y la registramos. Es muy importante el nivel de atención que ponemos en ello, si no no podremos registrarla bien. Aquí es donde muchas personas encuentran el problema porque a veces no somos conscientes de estar poniendo atención en lo que hacemos.
La segunda es el almacenamiento. Cuando la información se registra, ésta habría que almacenarla. Es importante que al almacenarla la asociemos, la ordenemos en nuestra cabeza, o incluso recurrir a la visualización. "En muchas personas tampoco se es consciente de esto y a veces no se hace nada por almacenar la información. Si no se hace nada más puede ser muy complicado que esa información se afiance y quede bien almacenada", avisa la experta.
En la última fase, la de recuperación de la información, la psicóloga sostiene que si no se recuperaron bien las anteriores fases, no podremos obtener la información que queremos. Comprender cómo funciona nos da un poco las pistas para ver qué es lo que estamos haciendo mal y tenemos que corregir.
¿Y qué podemos hacer?
Por ello, Vera destaca que entre los principales errores que seguimos a la hora de trabajar nuestra memoria se encuentra la falta de atención, porque sin ella no se puede registrar la información y por tanto no se podrá almacenar. También apunta al no hacer nada con la información. "Es interesante conocer que hay estrategias para poder facilitar la memoria. En el caso de estudiantes es verdad que existe un método de estudio que ayuda mucho a la memoria. Hay que comprender el material que se aprende o memoriza. Para un estudiante que no comprenda lo que lee supone una dificultad importante para su memoria", indica.
"Es importante comprender que podemos hacer muchas cosas. Puede que no se tenga una memoria extraordinaria, pero se pueden hacer muchas cosas para mejorar", advierte la experta.
Se pueden poner en marcha una gran variedad de ejercicios y sobre todo recurrir a la variedad, no sólo hacer crucigramas o sudokus o leer. "Hay que variar en los ejercicios y presentarle a nuestro cerebro nuevas tareas o actividades para que se esfuerce", destaca. Sus consejos:
- Trabajar con la lista de la compra. "Muchas veces la hacemos desorganizada y nos dejamos la lista en casa. Si previamente la hemos escrito de forma organizada y agrupando elementos y ordenándolos puede que nos acordemos de gran parte de las cosas", aprecia Vera.
- Para estimular la memoria fotográfica, la visual, recomienda situarse frente a una vidriera, mirarla con detenimiento y detalle durante unos dos minutos, fijarse en todos los elementos y en cómo están colocados, además de cuáles son los precios. "Hay que relevar y hacer ese esfuerzo por agrupar el máximo de información posible. Después, intentar recordar todo lo que había en esa vidriera“, señala.
- Ejercicios de agilidad mental. "Se pueden hacer muchos pensando en palabras que empiecen con una determinada sílaba, o darnos un tiempo limitado y en un minuto ver cuántas palabras que empiezan con esa sílaba somos capaces de escribir. El hecho de esforzarnos por rapidez fortalecería la agilidad mental", agrega.
Además, explica que la memoria se deteriora de forma inevitable con el tiempo y de la misma manera que nuestro cuerpo físico sufre un claro deterioro. "No subimos las escaleras igual que con 20 años o con 60, y nuestro cerebro acusa ese deterioro", recuerda. “Entiendo que muchas veces genera preocupación y el estrés, la ansiedad, o la preocupación son grandes enemigos de la memoria", precisa.
"Si lo ejercitamos, le presentamos tareas novedosas que requieran de dificultad, como un hábito de vida más, continuará estableciendo conexiones neuronales, y vamos a mantenerlo en forma de la misma manera que cuando se empieza a hacer ejercicio y alguien que se cuida, con la memoria es lo mismo. A pesar del deterioro hay cierto margen de maniobra y tenemos cierta responsabilidad de cuidar nuestra memoria", concluye.