La derrota 3-2 ante Huracán armó un fuerte debate a la actuación de Colón. Para muchos, inexplicable y para otros algo que podía darse por los antecedentes de la era Eduardo Domínguez. La historia en el estadio Tomás Adolfo Ducó mostró dos historias: la enfervorizada y emotiva del primer tiempo; y el suspenso y el drama del segundo.

Lo ganaba 2-0 y el Globo sufrió la expulsión de Carlos Auzqui en el amanecer del complemento. A partir de allí, eso lejos estuvo de favorecer al visitante sino todo lo contrario, lo sacó de foto y fue arrasado por el dueño de casa, que con muy poco se lo dio vuelta en apenas 15'.

En un fútbol tan dinámico y donde los detalles cumplen un papel preponderante, cada gol derivaba en un golpe que hicieron tambalear al Sabalero, que luego recibió un nocaut fulminante. Viendo un poco los números, esta actuación terminó realzando la tendencia de este campeonato.

El elenco de Eduardo Domínguez es uno de los mejores durante los primeros tiempos, ubicándose en la 6º colocación, tres empates, cinco empates y dos derrotas. Pero en el segundo hay un cambio radical de rendimiento, peleando el "descenso" al quedar 22º, producto de un halago, seis pardas y tres caídas.

Una muestra cabal de la irregularidad de un equipo, que tiene una merma brusca en la parte final de los encuentros. Siempre se dicen que las estadística no definen nada, pero si muestra el presente de un equipo como Colón, que deberá enderezar el rumbo. Aún está a tiempo.