Tumor cerebral: qué es, síntomas y tratamiento

Aún se desconocen las causas que lo originan. Suelen aparecer de forma brusca y rápida.

Se conoce como tumor cerebral a la masa que crece dentro del cerebro. 

Si ésta se origina en el propio cerebro se denomina tumor primario, mientras que el secundario es aquel que surge en otra parte del organismo, principalmente en el pulmón o en la mama, y que en algún momento se ha extendido al cerebro.

Los tumores malignos crecen más rápido, son más agresivos e invasivos para la vida que los benignos. Las principales zonas del cerebro donde tienden a aparecer son el parénquima encefálico, las meninges, los vasos sanguíneos, los nervios craneales, las glándulas, huesos y restos embrionarios. El tumor puede causarle daño al cerebro invadiendo tejidos vecinos o presionando otras áreas del cerebro debido a su propio crecimiento.

CAUSAS

En la actualidad se desconocen las causas que originan los tumores cerebrales. No obstante, existen determinados factores de riesgo que predisponen a sufrir la enfermedad:

Genética

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la predisposición genética podría tener un papel en el desarrollo de los tumores cerebrales, aunque no existen datos que confirmen que algunos tumores cerebrales pueden ser hereditarios. No obstante, sí existen síndromes hereditarios en los que los tumores cerebrales desempeñan una parte importante de la patología, por ejemplo, en algunas enfermedades raras, como la neurofibromatosis, entre otras.

Cromosomas

Cada célula del cuerpo humano está formada por 23 pares de cromosomas. Las últimas investigaciones han demostrado que en algunos tipos de tumores cerebrales no hay alguna de las piezas de un par de cromosomas o existe una pieza de más.

Esta singularidad suele ocurrir en tumores denominados oligodendrogliomas, en los cromosomas 1 y 19. En la actualidad, las investigaciones en estas alteraciones están ayudando a tratar estos tumores.

Traumatismos

Algunos especialistas sostienen la relación entre los traumatismos y los tumores cerebrales. Sin embargo, hay pocos datos, algunos contradictorios, que permitan establecer este vínculo.

Radiaciones

Las radiaciones ionizantes pueden ser peligrosas para las células humanas ya que alteran su estructura genética. Estas radiaciones son las que se utilizan en el diagnóstico de muchas patologías (rayos X) o en el tratamiento (radioterapia) de distintos tumores.

En los últimos años se ha debatido sobre el impacto que causan las radiaciones por el uso de aparatos tecnológicos a diario, concretamente en el efecto del uso del teléfono móvil.

No hay investigaciones consistentes que avalen que las radiaciones no ionizantes provocan lesiones de carácter oncogénico, aunque no se puede descartar esta posibilidad.

Los diferentes estudios que se han realizado en Europa y Estados Unidos para analizar si el uso del teléfono móvil es un factor de riesgo del cáncer han revelado resultados controvertidos, por lo que los expertos consideran que es necesario tener más tiempo y realizar más estudios para conocer la relación.

Virus

Los especialistas no han encontrado ningún vínculo entre los virus y los tumores cerebrales.

Otros factores

Los tumores cerebrales son más frecuentes en los hombres, en las personas de raza blanca y en los niños.

Además, sustancias químicas, como los compuestos nitrosos que hay en el medio ambiente, pueden provocar la aparición de los tumores.

 

SÍNTOMAS

Las manifestaciones de los tumores cerebrales suelen aparecer de forma brusca y rápida. Tal y como explica SEOM, los síntomas varían en función de la zona o las zonas a las que afecten.

Los tumores cerebrales pueden comenzar con crisis epilépticas o con signos comunes a otras patologías, como lentitud de pensamiento, falta de concentración y cambios del carácter o del comportamiento. Además, hay otras manifestaciones secundarias que pueden aparecer como consecuencia del aumento de la presión intracraneal: dolor de cabeza o vómitos, y algunos relacionados con la localización del tumor (alteraciones del lenguaje o del movimiento).

Según la situación del tumor pueden presentar diferentes síntomas:

Lóbulos frontales: Los pacientes con tumores en esta zona pueden tener parálisis en la cara o en las extremidades, cambios de humor, falta de atención, trastornos del lenguaje o incontinencia urinaria, entre otras.
 

Lóbulos temporales: En estos casos las personas afectadas pueden desarrollar trastornos visuales, auditivos, del equilibrio, olfato y gusto. Los trastornos del lenguaje y de la memoria, así como las alteraciones de la conducta y de las emociones, también son características de este tipo de tumores.
 

Lóbulos parietales: Estos síntomas son más complejos debido a la ubicación. Los predominantes son los trastornos visuales y la dificultad para reconocer objetos o partes del cuerpo o del lenguaje.
 

Lóbulos occipitales: Los más comunes son los trastornos visuales, como la ceguera.

PREVENCIÓN

Dado que las causas son desconocidas, no existe ningún método que ayude a prevenir la aparición de los tumores cerebrales.

TIPOS

La primera clasificación que se puede hacer con los tumores cerebrales es en primarios o metastásicos. Los tumores cerebrales primarios son aquellos que se originan en el cerebro. Suelen aparecer durante la infancia o a partir de los 40 o 50 años.

El tipo de tumor y su localización vienen determinados por la edad; en la infancia y adolescencia predominan los astrocitomas infratentoriales y los tumores de la línea media, como el meduloblastoma y el pinealoma; en la edad adulta, los astrocitomas anaplásicos y glioblastomas.

Los tumores metastásicos son los que nacen fuera del cerebro, como en el pulmón en la mama, y han evolucionado dando lugar a tumores cerebrales secundarios o metastásicos.

La última escala que clasifica a los tumores cerebrales lo hace en función de la célula que los origina y del grado histológico que define la agresividad del tumor. El grado I corresponde a los tumores menos agresivos, mientras que el grado IV abarca a los más agresivos.

Astrocitoma

El astrocitoma nace de las células llamadas astrocitos. Este tipo de glioma está formado por un grupo de tumores con formas de conducta biológicas muy diferentes: pilocíticos, difusos y anaplásicos.

El astrocitoma pilocítico (grado I) representa el 5 por ciento de todos los gliomas y es más frecuente en jóvenes. El tratamiento quirúrgico puede curar este tumor.

Los astrocitomas difusos son de grado II. En estos casos los especialistas recomiendan la radioterapia tras la cirugía, especialmente si quedan restos tumorales.

Por último, el astrocitoma anaplásicos (grado III) es el más agresivo. Este tumor es más frecuente en los hombres y, al igual que en el pilocítico, el tratamiento recomendado es la cirugía, aunque por su ubicación, en algunos casos los pacientes no pueden ser operados. Dependiendo del caso, el oncólogo puede establecer un tratamiento con quimioterapia o radioterapia tras la cirugía.

Glioblastoma multiforme

Este tumor representa entre el 15 y el 17 por ciento de todos los tumores cerebrales primarios y es el más frecuente, ya que aparece en el 50-75 por ciento de los casos. Suele diagnosticarse en la quinta o sexta década de vida y afecta más a los hombres que a las mujeres (un 60 por ciento a hombres y un 40 por ciento a mujeres).

Se comporta con marcada malignidad invadiendo rápidamente el tejido cerebral. En muchos casos este tumor tiene un gran tamaño en el momento de hacer el diagnóstico ocupando más de un lóbulo cerebral o extendiéndose al hemisferio. Por este motivo, los síntomas secundarios suelen ser muy frecuentes, como cefaleas, vómitos, trastornos mentales y crisis epilépticas. El tratamiento consiste en cirugía seguida de un tratamiento combinado de radioterapia y quimioterapia, excepto en ancianos.

Ependimoma

Este tumor deriva de las células ependimarias. Representa el 1-2 por ciento del total de los tumores cerebrales primarios y el 5-6 por ciento de todos los gliomas.

El cuadro clínico depende de la localización. El tratamiento consiste en la extirpación del tumor seguida de radioterapia local. En los ependimomas anaplásicos se recomienda radioterapia craneoespinal para prevenir la diseminación de las células tumorales.

Meningioma

Surge en las capas de las meninges y es de los más frecuentes, aparece en más del 30 por ciento de los diagnósticos. En la mayoría de los casos son benignos y si el meningioma está en una zona de fácil acceso, la cirugía sería el tratamiento estándar.

Si el meningioma tiene un comportamiento agresivo (grado III) los especialistas recomiendan radioterapia tras la cirugía.

Meduloblastoma

Se trata de un tumor con origen en las células embrionarias, de comportamiento maligno y poco frecuente en la edad adulta. Este tumor es de rápido crecimiento y tiene la capacidad de extenderse. El cuadro clínico se caracteriza por cefalea matutina progresiva, vómitos, vértigos y sensación de inestabilidad.

El tratamiento dependerá de la extensión del tumor y consiste en la máxima cirugía y en terapia combinada de radioterapia y quimioterapia.

Craniofaringioma

Se trata de un tumor congénito benigno y poco frecuente (3-5 por ciento de los casos). Aparece en la infancia y adolescencia tardía. Suele aparecer cerca de la glándula pituitaria y afecta a diferentes partes. El tratamiento quirúrgico es la opción estándar.

Germinales

Este tumor poco frecuente (1-3 por ciento de los diagnósticos) aparece principalmente en adultos jóvenes. El tratamiento adecuado es quimioterapia o una combinación de radioterapia con quimioterapia.

Oligoastrocitomas

Son gliomas muy poco frecuentes y agresivos que combinan dos tipos de tumores: astrocitos y oligodedrocitos. Al igual que otros tumores cerebrales se clasifican en grados y dependiendo del tipo los pacientes recibirán un tratamiento diferente. En el grado III, los oncólogos recomiendan la máxima cirugía y quimioterapia y radioterapia.

En tumores de bajo grado el tratamiento recomendado es la radioterapia.

Oligodendrogliomas

Formado a partir de las células oligodendrocitos. Este tipo de tumor es muy poco frecuente y su principal manifestación son las convulsiones. El tratamiento es similar que en el tipo oligoastrocitoma.

DIAGNÓSTICO

Según la SEOM, el diagnóstico de los tumores cerebrales se realiza mediante la combinación de diferentes pruebas que determinarán la forma, el grado y la extensión del tumor.

El primer paso es la exploración física y neurológica para establecer los síntomas y la afectación neurológica con aspectos como el movimiento de los ojos, la visión, el oído, los reflejos o la coordinación.

El segundo paso son las pruebas radiológicas que permitirán conocer la extensión del tumor, el número de lesiones, tamaño y zonas afectadas. Además, estas pruebas aportarán información relevante, como si el paciente tiene hemorragias, y se utiliza como herramienta complementaria a la valoración de los síntomas. Las pruebas más comunes son el TAC, la resonancia magnética, el PET, el Spect, la punción lumbar y la biopsia.

TRATAMIENTOS

Los tumores cerebrales tienen tres opciones terapéuticas:

Cirugía

El médico realizará la extirpación del tumor, parcial o completa, dependiendo de si la zona en la que este ha surgido es crítica o no. La extirpación completa suele tener mejor recuperación neurológica.

Radioterapia

Consiste en enviar partículas ionizadas de alta energía contra las células del tumor atacando su material genético. Hay varias formas de llevarla a cabo:

Externa convencional: Se aplican los rayos desde el exterior durante varios días en la misma zona.
 

Externa estereotáctica: Los rayos que se aplican son más pequeños pero tienen una dosis más alta de partículas.
 

Braquiterapia: Se implantan catéteres con irradiación en los tumores que evitan el contacto con tejido sano.
 

Haces de partículas: Se usan partículas protones o neutrones que ayudan a circunscribir la zona de irradiación de forma más precisa.
 

Externa hiperfraccionada: Las radiaciones se administran en varias dosis a lo largo del mismo día.
 

Intensidad modulada: Se regula la radiación que recibe cada parte del cuerpo afectada por el tumor.

Quimioterapia

Es un proceso por el que se administran medicamentos por vía oral, intravenosa o local que se distribuyen por todo el cuerpo a través de la sangre y destruyen las células cancerosas.

Incidencia

Según SEOM, en España los tumores cerebrales primarios representan el 2 por ciento del total de los cánceres en adulto y casi un 15 por ciento en los niños menores de 15 años.

La mortalidad se ha estabilizado en los últimos años gracias a los avances en las técnicas diagnósticas y en los tratamientos.