Noches de cine bajo las estrellas en el Mercado Progreso
El miércoles 16 de enero a las 20.30, comienza en el Mercado Progreso la programación con “Maudie” (2016), el film de Aisling Walsh basado en la historia de la pintora canadiense Maud Dowley.
Los ciclos de verano programados por Cine Club Santa Fe, en el marco de la programación de verano que organiza el Municipio, comienzan esta semana. El ya clásico “Cine bajo las estrellas” se pondrá en marcha este miércoles a las 20.30, con “Maudie”, de Aisling Walsh (Irlanda, Canadá, 2016, 115m), una producción basada en hechos reales que cuenta la historia de la pintora canadiense Maud Lewis (Sally Hawkins), de la relación con el que se convirtió en su inseparable compañero de vida, Everett Lewis (Ethan Hawke), y de cómo sus sencillas pinturas llegaron a ser vistas y reconocidas por todos los rincones del país convirtiéndola en una de las artistas folk más representativas de Canadá.
La propuesta continuará con dos fechas más en enero: el martes 22, con “Dos tickets de lotería”, de Paul Negoescu; y el 30 de enero; “La sociedad literaria y el pastel de piel de papa”, de Mike Newel. En febrero se podrán ver: el miércoles 6, “Mucize” de Mashun Kirmizigul; el 13, “This beautifull fantastic” de Simon Abud; el 20, “Das ewige Leben” de Wolfgang Murnberger; y el 27, “El viaje de sus vidas” de Paolo Vírzi.
Como es habitual se invita al público a concurrir con sillones y todo lo necesario para disfrutar cómodamente de las proyecciones.
Bajo el cielo protector
Los lunes, también a partir de las 20.30, se desarrollará el ciclo “Bajo el cielo protector”. Con ese título Cine Club reúne los siguientes films: el 21 de enero, “La carta que no se envió” de Mikhail Kalatozov (Unión Soviética, 1960, 97m.); el 28, “Viaje a Cythera” de Theodoros Angelopoulos; el 4 de febrero, se podrá ver “My blueberry nights” de Wong Kar-Wai; el 11, “Shadows” de John Cassavets; el 18, “Los de la mesa diez” de Simón Feldman; y el 25, “Refugio para el amor” de Bernardo Bertolucci. Los comentaristas invitados a cada noche son: Agustín Falco, Arturo Castro Godoy, J.C Ramírez, Diego Sofici, Stella Curi y Guillermo Arch, respectivamente.
A propósito de esta programación, Arch destacó que continúa el eje temático que iniciaron los ciclos “El amor ya no”, en 2017; y “Apuestas de amor”, en el verano de 2018, a partir de la idea de una socia de Cine Club Santa Fe, Laura Roldán. La temática ha convocado desde la primera edición a un público numeroso que acompaña las proyecciones y los debates que se proponen a continuación. “La visión del ciclo trasciende lo actual, y aborda las diferentes formas del amor y lo cinematográfico, a través de un material excepcional en ese sentido”, sostuvo el presidente de Cine Club. En esta oportunidad el título del ciclo rinde homenaje al director y guionista italiano Bernardo Bertolucci, quien se basó en el libro “El cielo protector” de Paul Bowles para rodar el film que en español se conoció como “Refugio para el amor”, que se podrá ver en la última fecha. “Esa película final acompaña a otras cinco que de alguna manera establecen una continuidad con los autores que vimos en años anteriores, como Angelopoulos y Wong Kar-Wai”, ejemplificó.
En relación a los debates posteriores, Arch, remarcó que “los invitados no tienen la intención de producir una interpretación cerrada de lo que se vio, sino más bien de abrir un espacio de debate y charlar con el público que nos acompaña desde la primera edición”.
La carta que no se envió
El film del ruso Kalatozov que se podrá ver el 21 de enero, se centra en la historia de un grupo de exploradores buscan diamantes en Siberia, sin otra pista que la teoría científica. En una reseña, el periodista Homero Alsina Thevenet, escribió que: “El rasgo más notorio del film es la creación de una plástica y una dinámica cinematográficas, con un virtuosismo espectacular, asombroso, que en la Unión Soviética solía llamarse formalismo. Con este tema de acción, otro director habría construido un film de suspenso, pero Kalatozov se acerca a la poesía. Entre el rostro sensible de Tatiana Samojlova, los prodigios formales del fotógrafo Urusevski y las intercalaciones poéticas de Kalatozov, el sello del film es el de un refinamiento estético singular, un placer para exigentes”.