Alerta por peligro de rotura de otro dique minero en Brasil
Las autoridades evacuaron a pobladores de dos comunidades rurales en el mismo complejo donde el viernes colapsó una represa.
Dos días después de la catástrofe minera que ha dejado decenas de muertos en Brumadinho, esta localidad del sudeste de Brasil despertó el domingo con una alarma por el peligro inminente de rotura de otro dique en la misma zona.
"Atención, evacuación general del área. Busque el lugar más alto de la ciudad. Evacuación de emergencia. Busque el lugar más alto de la ciudad", se escuchó en los parlantes de la ciudad de 39.000 habitantes del estado de Minas Gerais enlutado por la tragedia del viernes.
En un comunicado urgente, la gigante brasileña Vale, empresa a cargo de la estructura minera, informó que accionó la alarma a las 05H30 locales (07H30 GMT) "al detectar un aumento de los niveles de agua en los instrumentos que monitorizan el dique VI". Según informaciones de Vale a los bomberos, "no hay residuos mineros" en el dique que contiene entre 3 y 4 millones de metros cúbicos de agua.
La estructura forma parte de la mina Córrego do Feijao, cuyo dique I se rompió el viernes dejando hasta ahora 37 muertos y casi 300 desaparecidos.
"Inmediatamente después de que esa alarma fue activada el cuerpo de bomberos inició la evacuación de las comunidades que están cerca del dique", informó a los medios de comunicación Pedro Aihara, teniente del cuerpo de bomberos.
Aihara precisó que "debido al riesgo de la rotura del dique los trabajos de búsqueda [de sobrevivientes de la catástrofe del viernes] están temporalmente interrumpidos" porque el "foco ahora es la evacuación de la zona".
Las labores de búsqueda de sobrevivientes en la región fueron interrumpidas el sábado a las 20H00 (22H00 GMT) y debían ser retomadas a las 04H00 (06H00 GMT) del domingo.
El último balance de bomberos detalla hasta ahora 37 muertos, ocho de los cuales fueron identificados, 23 heridos hospitalizados y 192 personas rescatadas en la mina operada por Vale.
El balance no actualiza la última cifra de 296 desaparecidos.
La tragedia ocurrió cerca de las 13H00 locales (15H00 GMT) del viernes en el municipio de Brumadinho, a 60 km de Belo Horizonte (capital de Minas Gerais). La ruptura del dique provocó enormes ríos de lodo que arrasaron buena parte de las instalaciones del complejo minero Córrego do Feijão, así como otras áreas aledañas.
Durante el sábado, decenas de helicópteros surcaron el cielo en busca de rastros de vida en la extensa marea de barro marrón que sepultó casas, vehículos y carreteras y se tragó la espesa vegetación de la zona.
La desesperación se apoderó de quienes perdieron o desconocen el paradero de familiares y amigos.
Algunas personas deambulaban con fotos de allegados desaparecidos. Otros colaboraban con las autoridades para localizar las viviendas soterradas, desplazándose entre el amasijo de escombros mezclados con el barro.
Sobre el techo de lo quedó de su casa en la comunidad Parque das Cachoeiras, en el área rural de Brumadinho, Emerson dos Santos, de 30 años, rememoró lo ocurrido: "Todo estaba temblando y vi grandes árboles y personas desapareciendo bajo el lodo".
Ayuda de Israel
El balance de muertos supera ya al de noviembre de 2015, cuando la ruptura de la represa de Fundao, en el municipio de Mariana, a 125 km de Brumadinho, mató a 19 personas y provocó el peor desastre ecológico en Brasil.
Esa represa pertenecía a Samarco, una empresa controlada por Vale y la anglo-australiana BHP Billiton.
El presidente Jair Bolsonaro sobrevoló la zona en helicóptero el sábado y se comprometió en Twitter a "investigar los hechos, reclamar justicia y prevenir nuevas tragedias como las de Mariana y Brumadinho".
El mandatario ultraderechista, que está trabando una estrecha alianza con Israel, aceptó la ayuda tecnológica ofrecida por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, "para la búsqueda de desaparecidos".
En la madrugada, Bolsonaro confirmó vía Twitter que 140 personas y 16 toneladas de equipos para las búsquedas llegarían al mediodía a la región provenientes de ese país.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó sus condolencias "a las víctimas y al gobierno de Brasil" y ofreció ayuda "en las acciones de emergencia".
Vale en la mira
La represa no era usada desde hacía tres años y había sido verificada regularmente, dijo Fábio Schvartsman, presidente de Vale.
La compañía, cuyas acciones se derrumbaron el viernes un 8,08% en Nueva York, está recibiendo las consecuencias legales del siniestro.
Entre viernes y sábado, la Justicia de Minas Gerais decretó bloqueos de cuentas bancarias por 1.000 millones de reales (265 millones de dólares) para resarcir a las víctimas, y luego por otros 5.000 millones de reales (1.351 millones de dólares).
El gobierno federal anunció una primera multa contra la compañía por 250 millones de reales (66,5 millones de dólares), mientras que el gobierno de Minas Gerais le impuso otra sanción de 99 millones de reales (USD 26 millones).
La tragedia desató airadas críticas de organizaciones ambientalistas, como Greenpeace o SOS Mata Atlántica, lideres políticos y expertos en gestión de riesgos.
"Tres años después del grave crimen ambiental en Mariana, con investigaciones todavía no concluidas, la historia se repite como tragedia en Brumadinho. Es inadmisible que el poder público y las empresas mineras no hayan aprendido nada", lamentó Marina Silva, exministra de Medio Ambiente y excandidata presidencial.