Maduro y Guaidó se juegan parte de su suerte dentro de una semana
Los presidentes paralelos venezolanos exploran todas las alternativas posibles para destrabar la inédita situación institucional del país y, sobre todo, se aprestan a jugar parte de su suerte el sábado próximo.
Los presidentes paralelos de Venezuela, Nicolás Maduro y Juan Guaidó, están preparados para una coexistencia prolongada pero, al mismo tiempo, exploran todas las alternativas posibles para destrabar la inédita situación institucional del país y, sobre todo, se aprestan a jugar parte de su suerte el sábado próximo.
La apuesta de máxima del mandatario chavista es que el paso del tiempo sin una definición diluya el entusiasmo de la inmensa mayoría de venezolanos que espera su caída.
Así sucedió en varias ocasiones en los últimos años, en las que Maduro, con paciencia e inteligencia –y también con mano dura, casi siempre ilegal– desgastó y fragmentó a la oposición, tanto la antichavista como la de su propio partido.
Esta vez el sucesor de Hugo Chávez prefirió dejar hacer a sus adversarios y frenó la represión de dirigentes y manifestantes callejeros, temeroso de que eso pudiera exacerbar a quienes piensan que una invasión militar externa podría ser una buena solución, entre los que se cuentan sectores de alto poder en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, Maduro maneja varios planes alternativos. Uno de ellos, tal vez el principal, es la negociación que abrió con Washington.