Los efectos en el cerebro de una noche sin dormir
En su columna semanal para Todo Pasa, el Neurólogo y Máster en Neurociencias, Hugo Valderrama, explicó las consecuencias que la falta de sueño tienen en la salud.
Cuando se habla de hábitos de vida saludable, siempre se hace hincapié principalmente en la alimentación y el ejercicio físico. Pero generalmente se deja de lado un factor que es igual de importante que comer bien y mover el cuerpo: descansar lo suficiente.
Aunque la idea de trasnochar resulte a veces atractiva -sobre todo los fines de semana- y otras no tanto, dormir poco tiene graves consecuencias sobre la salud. En su columna semanal para Todo Pasa, el Neurólogo y Master en Neurociencias, Hugo Valderrama, explicó los efectos que la falta de sueño tienen en el cerebro.
Según el especialista, una noche sin dormir afecta al lóbulo frontal del cerebro que es el responsable de ejecutar, de prestar atención y de la habilidad de tomar decisiones. La falta de descanso "apaga" este lóbulo en distintas intensidades generando que el cerebro no tenga control inhibitorio afectando la conducta: ansiedad, distracción e irritabilidad son los efectos más comunes.
Además de las consecuencias en la conducta, el cerebro necesita descansar ya que durante el día acumula tóxicos y que son eliminados durante la noche: "Si uno no descansa, las consecuencias son un cúmulo de desechos que no dejan que el cerebro funcione bien", indicó Valderrama.
La cantidad ideal de horas de sueño varía de acuerdo a la edad de la persona: en el caso de un bebé pueden ser hasta 13 horas diarias, en tanto que en los adultos la cantidad se reduce considerablemente y se estima que un buen descanso se logra durmiendo entre 7 y 8 horas diarias.
El efecto de un mal descanso es acumulativo y la hora de la siesta sirve para reponerse, porque lo primero que hay que intentar en caso de no haber descansado lo suficiente, es dormir lo antes posible. "Si te pasa una sola noche, vas a dormir y descansás ocho horas y te vas a sentir mejor", explicó. Aunque los problemas más severos se manifiestan a largo plazo. Descansar mal durante mucho tiempo puede ser un factor de riesgo para problemas inmunitarios, envejecimiento prematuro y hasta factores demenciales.
Mirá acá la columna completa del Dr. Hugo Valderrama: