“Y pensar ni equivocado, si total igual se vive”
Los índices económicos son decididamente malos. Negarlo sería tonto o necio. Sí se puede matizar la deplorable situación económica señalando que en paralelo a esta realidad se registra un récord en inversiones en construcción de rutas y autopistas, en provisión de agua potable y desagües, en inversiones históricas en generación energética con tecnología avanzada. La economía del país no anda bien pero está muy lejos del cáncer terminal que diagnostica el populismo desde que asumió Macri. La coyuntura económica no es buena pero la Argentina sigue siendo el país con mayor inversión social en América latina: educación y salud gratuitas; jubilaciones y pensiones extendidas, planes sociales con aumentos actualizados.
Que los rigores a veces impiadosos de la crisis no nos impidan avizorar el horizonte. El país está saliendo del pantano. ¿Hacia dónde? Hacia una economía insertada en el mundo, hacia un modelo modernizador y exportador, hacia la búsqueda de mercados más amplios. Fácil decirlo, difícil hacerlo con un estado quebrado y asediado por las corporaciones empresarias corruptas y un gremialismo también corporativo y con hábitos mafiosos. No hay inserción real y efectiva en el mundo y mayor competitividad sin reformas internas educativas, institucionales y políticas; sin puertos, autopistas y aeropuertos que funden una nueva conectividad interna. No hay modernización y cambio sin república. Y tampoco hay cambio real con una corrupción estructural fundada en la santísima trinidad de sindicatos, empresarios y poder político. Con sus dificultades, incluso con sus errores, y luchando en minoría contra las resistencias corporativas cuyas manifestaciones más ostentosas se expresen en el llamado escándalos de los “Cuadernos”, Cambiemos es hasta el momento la única posibilidad política que apunta hacia una sociedad moderna y abierta.
La barbarie, el crimen, el racismo, la ordalía de muerte debe ser condenada en cualquier lugar y circunstancia. Mi solidaridad a las víctimas y a sus familiares asesinados en una mezquita en Nueva Zelanda. El fascismo en cualquiera de sus variantes es siempre dolor y muerte.
No me sorprende que los kirchneristas pidan la cabeza de Lilita Carrió. Es más, me sorprendería que no lo hicieran. Los que me asombran son quienes sin ser K están más preocupados por la inhabilidad moral de Carrió o decididos a creerle a un mitómano como D’Alesio, que por el saqueo de la cleptocracia. “Almas bellas que acusais...”
En una novela de Mike Spillane, un facineroso camina por la calle de la mano de su hija. Sus enemigos intentan ejecutarlo desde un auto y el canalla se defiende poniendo a su hija de escudo. Mueren ella y el padre. Cuando Cristina dio a conocer el video sobre su hija, me recordó esa escena.
Cada régimen dispone de sus símbolos: el martillo y la hoz, los comunistas; la svástica, los nazis; el yugo y la flecha, la falange; el águila y las varillas, el fascismo; la triple cruz, Guardia de Hierro. Los K fueron menos ostentosos y más pedestres: su símbolo es el bolso; .
Las declaraciones del contador arrepentido de los Kirchner, Víctor Manzanares, poseen el tono vibrante de la verdad, la resonancia lúgubre de la culpa y la contundencia de la evidencia. La cleptocracia que gobernó durante doce años ahora tiene números, inversiones y apellidos. Lo que se dice, el cuerpo del delito ya está constituido con su rostro, sus piernas, sus ojos, sus manos y, muy en particular, sus uñas.
Conociendo el paño, tengo derecho a sospechar que el rol de aguantadero de corruptos peronistas que cumple la Cámara de Senadores en la Argentina, lo ejercerá la dictadura cubana con Florencia Kirchner, señora que no posee fueros pero posee apellido y poder. Lo que en la Argentina hace Miguel Ángel Pichetto, en Cuba lo hará Raúl Castro
Los K no odian a Lilita Carrió porque consultó a un servicio de inteligencia de más o de menos; la odian porque esa mujer, que no es perfecta pero es honrada y valiente, los viene denunciando por delitos atroces desde hace quince años. Por eso la odian. Lo demás son excusas, coartadas.
Lilita Carrió y Paula Olivetto no van a ser separadas de la Cámara de Diputados porque hacerlo ya no sería un error sino un horror y en esa faena los K están solos. De todos modos, no deja de ser "admirable" que pretenden expulsar del parlamento a legisladoras que ni siquiera han sido denunciadas por mal estacionamiento, mientras protegen sin rubores a su jefa con diez procesos y cinco pedidos de prisión preventiva.
El populismo criollo siempre dijo que la justicia de Brasil lo detenía a Lula no por ladrón sino por ser un militante de la causa nacional y popular. Ahora esa misma justicia lo detiene al derechista de Michel Temer. Pareciera que no es la pertenencia a derecha o izquierda lo que decide la condena de los jueces, sino la pertenencia de los imputados al club de la ganzúa y el antifaz.
¿Imaginan el escándalo que se produciría en la Argentina si Larreta, Vidal o Stanley dijeran: "Que los compañeros no canten”. Pero lo dice un ex funcionario K y no pasa nada. A lo sumo lo comentamos un par de horas y al olvido. Como dice mi sobrinito: "Tío, cuando sea grande yo quiero ser kirchnerista…hablar como un famélico izquierdista, vivir como un cerdo burgués y robar sin culpas ni complejos".
Todos los días en todas las mesas de café del país se discute si Cristina se presenta o no se presenta en las elecciones de octubre. Error de enfoque y de perspectiva. Lo que se debería discutir, en homenaje a la ley, es en qué presidio cumpliría su condena y por cuántos años.
El kirchnerismo le saca una gran ventaja a Cambiemos en cuestiones de corrupción. Un funcionario K sorprendido en un escándalo no es noticia. Efecto saturación que le dicen. Pero un funcionario de Cambiemos sorprendido con las plumas de una gallina es un escándalo nacional.
La compañera Cristina exhibe diez procesamientos y cinco pedidos de prisión preventiva. Ni Jack el Destripador, ni el Pibe Cabeza, ni Landrú recibieron condenas semejantes. El peronismo mientras tanto la protege, demostrando que en temas de hampa y mafia siempre se supera a si mismo.
Cuando los K se solazan porque Macri admite que su padre hace negocios ilegales, ¿incluyen en su cuadro emocional que esos negocios ilegales Franco los hacía con Néstor y Cristina? Los K renunciaron a probar la inocencia de sus jefes porque saben que es una misión imposible y por ese camino arribaron a la ceguera total.
No sé si Cristina se baja o no se baja. De lo que estoy seguro que no se va a bajar es el populismo. ¿Lavagna es diferente a Cristina? Es posible. Lavagna no es un delincuente. Pero los que no son diferentes a Cristina son sus amiguitos: Duhalde y Barrionuevo, entre otros y tantos.
La entrevista de Luis Majul al presidente Mauricio Macri fue buena. Un periodista debe preguntar todo aquello que la gente quisiera preguntarle a un presidente. Un periodista debe guardar las formas, pero debe contradecir, con respeto, pero debe hacerlo, aunque, incluso, como ciudadano simpatice con el presidente.
Cristina presenta a su hija -y hasta le falta el respeto- como una nena o una inofensiva adolescente. Florencia tiene 29 años, casada, divorciada, tiene un hijo. Si es tonta o no, no lo sé, pero no es una nena como pretende presentarla su adorable madre.
El liberalismo apuesta al individuo, a todos los individuos, a su creatividad, a su derecho a equivocarse, a su libertad. El populismo apuesta a la majada, a la sumisión. Sus jefes desconfían del individuo y de su libertad. La única libertad que admiten es la del jefe o conductor.
Bien o mal, trabajo con las palabras desde hace casi cincuenta años. Y sé como cambian, como se alteran, como aparecen nuevos vocablos y giros y desaparecen otros. Pero sobre todo, aprendí que al lenguaje lo cambian los usos y costumbres, no los decretos estilo "lenguaje inclusivo".