"¿Por qué son malas palabras?"
En el 2004, el dibujante participó del Congreso Internacional de la Lengua, en un debate por la internacionalización del español. En ese momento reclamó una amnistía para las palabrotas.
En estos momento se lleva a cabo un nuevo Congreso Internacional de la Lengua en Córdoba. Se trata de un evento que reúne a escritores, académicos, expertos y profesionales de todo el mundo para debatir en torno al lema "América y el futuro del español. Cultura y educación, tecnología y emprendimiento".
En 2004, Roberto Fontanarrosa, el dibujante rosarino daba el toque de color al Congreso, cuando desarrolló una divertidísima disertación sobre las malas palabras, para las que reclamó "una amnistía" y pidió que "cuidemos de ellas, integrémoslas al lenguaje, porque las vamos a necesitar".
"Este es un ámbito más que apropiado para plantearse ¿por qué son malas palabras? ¿Le pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad, y cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿Quién las define como malas palabras?", se preguntó el rosarino.
"Tal vez sean como esos villanos que al principio eran buenos pero la sociedad los hizo malos. Tal vez, al marginarlas las convertimos en malas. En alguna época se les decía palabrotas, lo cual no deja de ser un reconocimiento. Las malas palabras reflejan una expresividad y una fuerza que difícilmente las haga intrascendentes. He escrito algo, pero no me alcanzo para que la memoria me dictara que tenía que traer los lentes", bromeó, para justificar su cuidada improvisación.
"No sé quién define lo que es vulgar y lo que no es vulgar. Pienso que las malas palabras brindan otros matices. Soy fundamentalmente un dibujante, con lo cual más de uno se preguntará ´qué hace este muchacho en esta mesa´. Hay palabras de las denominadas malas palabras que son irreemplazables, por sonoridad, por fuerza y por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o sonsa que es un pelotudo. El secreto de la palabra pelotudo. ya universalizada -no sé si ya está en el Diccionario Panhispánico de Dudas- podría referirse a un utilero de fútbol. El secreto y la fuerza está en la letra ´t´", prosiguió.
Por último, en ese entonces, pidió que "atendamos estas condiciones terapéuticas de las malas palabras, que sirven para descargarse. Pido una amnistía para ellas, vivamos una Navidad sin malas palabras, y cuidemos de ellas, porque las vamos a necesitar".