Secuestros virtuales: el relato de dos personas que recibieron llamadas
Los hechos se repiten y si bien cambian algunas cuestiones en los hechos la modalidad es siempre la misma. Una llamada, un engaño y el pedido de dinero a cambio de alguna acción.
Gritos, llantos, golpes se escuchan detrás de un teléfono e inmediatamente quien atiende la llamada se pierde. Los guiones están perfectamente armados y llevan a la víctima al desconcierto y a actuar de manera impulsiva tomando decisiones equivocadas. Los secuestros virtuales están a la orden del día y una nueva ola de esta modalidad de robos se viene dando seguido en la ciudad.
Si bien puede parecer un delito complejo, no lo es. Las bandas dedicadas a los secuestros virtuales o simulados no utilizan mayor inteligencia que la sagacidad y la actuación. Utilizan herramientas básicas y al alcance de todos: un celular y una guía telefónica. Con malicia, llaman a teléfonos de línea a la madrugada, cuando las víctimas tienen la guardia baja. Ahora, incluyeron una nueva artimaña para conseguir información fehaciente: pueden utilizar Facebook para dar mayores precisiones sobre la vida personal de los engañados y así lograr un efecto de credibilidad aún más poderoso que los gritos y amenazas que se escuchan del otro lado de la línea.
Muchos son los casos denunciados últimamente donde se describen situaciones similares a la hora de buscar el engaño a las víctimas.
Sarita es oyente de LT10 y vive sola en su casa de barrio Centro. Anoche cerca de las 11 recibo un llamado. No llegó a atender y llamo a una amiga para ver si era ella. Tras la respuesta negativa decidió volver a la cama ya que era muy tarde. En ese momento suena de nuevo el teléfono y cuando atiendo era supuestamente mi hijo.
“Era su voz entre gritos y llantos. Me dice que había tenido un accidente que necesitaba ayuda de manera urgente y además necesitaba dinero. En ese momento todo es caos y gritos” dijo la mujer. Sara explicó que “en el momento del llamado es todo desconcierto y temor”. Además, del otro lado, se escucha a una persona que uno aprecia pasando un mal momento y todo se vuelve ansiedad.
“Mientras mi supuesto hijo gritaba en un momento dice que no puede seguir hablando y le pasa el teléfono a otra persona que lo está auxiliando. Es en ese momento que corto y llamo a mi hijo. No me atiende y llamo a mi nuera, ella si me atiende y me dice que mi hijo estaba durmiendo al lado de ella.
Las organizaciones dedicadas a estos engaños están conformadas por, al menos, tres personas con roles bien delimitados: uno de ellos llama llorando a un domicilio simulando ser un familiar secuestrado, mientras otro exige la entrega de dinero a cambio de la liberación. Cuando la víctima cae, le solicita que deje el rescate en un punto cercano a la vivienda. En algunas oportunidades, piden que se deje en una bolsa al lado de un árbol, en un comercio, o que lo tiren por la ventana. El botín será recogido por el tercer cómplice que espera en la zona donde realizaron el llamado.
Hace un tiempo, en otro caso, una familia de la ciudad fue víctima de un secuestro virtual ocurrido en la zona del macrocentro. El episodio ocurrió cuando una mujer de 76 años recibió un extraño llamado.
En la comunicación telefónica, delincuentes le hicieron creer que habían secuestrado a su hijo y le exigieron dinero y joyas para liberarlo.
Inmediatamente, y producto del desconcierto y el temor, la anciana juntó una importante suma de dinero (LT10 pudo averiguar que el monto rondaría los $500 mil) y algunos elementos de valor que fueron depositados en la esquina de Francia y Primera Junta, en inmediaciones del domicilio, tal como indicaban las directivas de los supuestos “secuestradores”.
De estos casos muchos se denuncian por día. Algunos llegan a concretarse y otros no. Pero existen.
Es importante conocer el modo que operan las bandas que realizan secuestros virtuales. Por esta razón LT10 desde el programa Todo Pasa se comunicó con Martín Musuruana, Jefe de Investigaciones dela Policía de la Provincia para saber cuales son las medidas a tomar y el avance de esta causa.
Al ser consultado sobre algunas medidas de prevención Musuruana explicó que "este delito tiene como característica común es el engaño. La desesperación y las situaciones estresantes hacen que la persona se nuble y no pueda razonar de manera tranquila. Cuando le dicen que tienen a alguien secuestrado la gente pronuncia nombres y va tirando datos que son utilizados por los secuestradores para poder avanzar en el engaño".
Siguiendo con la nota y al preguntarle qué se puede hacer el uniformado explicó que "hay que estar atentos a la información que se brinda y por otro lado no caer en la facilitación de datos para que los secuestros avancen".
Con respecto a las redes sociales Maturana explicó que desde la llegada de la virtualidad es más fácil el acceso a la información ya que la gente en sus perfiles sociales brinda detalles sin querer de su vida privada que son utilizados por los delincuentes para llegar a cometer el ilícito. Prácticamente un perfil de Facebook o Instagram es una radiografía familiar de una persona donde se grafican datos como "donde estoy", si estoy de viaje, con quien, quienes viven conmigo o cuantos días está ausente de mi casa".
Audio: Sara víctima deun intento de secuestro virtual.
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Audio: Estela Marys víctima de un intento de secuestro
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