Diputados lograron ingresar al Parlamento de Cataluña pese al bloqueo de los "indignados"

A pesar de la presión de miles de manifestantes del movimiento de los "indignados" que bloquean las puertas del parque de la Ciutadella de Barcelona, donde está situado el Parlamento de Cataluña, los diputados catalanes lograron ingresar hoy al recinto custodiados por la policía para votar nuevos recortes sociales.

El presidente del gobierno regional, Artur Mas, y la presidenta del Parlamento catalán, Nuria de Gispert, llegaron a la Cámara en helicóptero y aterrizaron dentro del parque para evitar a la protesta de los indignados.

“Esto es intolerable”, afirmó al entrar al edificio Artur Mas, al tiempo que denunció la “violencia” sufrida por varios parlamentarios en las calles, donde unas 2000 personas intentaban bloquear las puertas del Parlamento haciendo resistencia pacífica y sentadas.

La gran mayoría de diputados lograron ingresar a pie gracias a un fuerte dispositivo policial que estableció un corredor que separó a los manifestantes de las principales entradas de la Ciutadella.

Aún así, los parlamentarios fueron abucheados e increpados por los indignados que presionaban allí al grito de “¡No nos representan!”, “¡Menos policía, y más educación!”, “¡No a los recortes!”.

Algún diputado sufrió algo más que abucheos, como el ex conseller socialista Ernest Maragall, quien ingresó entre empujones, y el ex número dos de Interior, Joan Boada, al que los manifestantes le pintaron la nuca con un aerosol rojo.

Otro de los diputados que sufrió el enfado de los manifestantes fue el ecosocialista Joan Herrera, al que le arrojaron una cáscara de banana. También se lanzaron huevos y agua.

Al parecer no todos los diputados consiguieron entrar, y algunos están decidiendo aún si lo harán o no, por lo que los indignados están bloqueando con cierto éxito el debate y votación en el Parlamento.

“¡Podeu entrar, però no pdreu surtir!” (Pueden entrar, pero no podrán salir) gritaban los manifestantes, quienes vivieron momentos de tensión al forcejear con la policía, especialmente en el momento en el que se estableció el cordón de protección para que ingresaran los parlamentarios.

Sobre las 7 de la mañana, los "indignados", que habían pasado la noche acampando en los alrededores del parque, se concentraron en la entrada de la Ciutadella por la calle Wellington y Pujadas, donde comenzaron a ingresar los trabajadores del Parlamento.

Allí, mientras la policía intentaba despejar la entrada por la fuerza, los manifestantes recibieron el apoyo de los vecinos que se sumaron a la protesta con un cacerolazo desde sus balcones.

Los manifestantes del movimiento 15-M, que el pasado fin de semana abandonaron la plaza Cataluña, se trasladaron a la Ciutadella con los mismos lemas que los acompañaros en las cuatro semanas que estuvieron en las calles. “¡El pueblo unido, jamás será vencido!”, coreaban.

El movimiento de los "indignados" o 15-M, por la fecha en que se encendió la llama de la protesta, surgió como una repuesta espontánea de la ciudadanía española a la crisis económica y social en el contexto de la elecciones del pasado 22 de mayo.

Tras casi un mes de mantener campamentos en las plazas más emblemáticas del país, con la madrileña Puerta del Sol a la cabeza, los manifestantes redirigieron sus energías a los barrios y a realizar movilizaciones concretas que en algunos casos derivaron en incidentes con la policía, como la semana pasada en el Parlamento de Valencia o en el Ayuntamiento de Madrid.

Consultado sobre la evolución del movimiento 15-M, el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró hoy que “no” estaba preocupado.

Sin embargo, el presidente del Congreso de Diputados, el socialista José Bono, expresó su “preocupación” e “indignación” por las acciones de los manifestantes.

“La gente bondadosa que apareció en la Puerta del Sol no tienen nada que ver con gente que increpa, insulta o cuando intentan impedir la entrada de un diputado a un parlamento comenten un delito”, dijo. “La policía debe ejercer la fuerza para hacer respetar los derechos de todos”, subrayó Bono.