Los problemas de software del Boeing 737 Max
El longevo modelo de Boeing permitió que los pilotos sigan básicamente los mismos siete pasos que se usaron en el primer 737 hace casi 52 años
Los pilotos encienden algunos de los nuevos aviones Boeing girando una perilla y activando dos interruptores.
El Boeing 737 Max, el avión de pasajeros más nuevo del mercado, funciona diferente. Los pilotos siguen básicamente los mismos siete pasos que se usaron en el primer 737 hace casi 52 años: apagan al aire acondicionado de la cabina, redirigen el flujo de aire, encienden el motor, abren el paso de combustible, revierten el flujo de aire, vuelven a encender el aire acondicionado y prenden un generador.
El 737 Max es un legado de su pasado, basado en sistemas de hace décadas, muchos de los cuales datan de la versión original. La estrategia, seguir actualizando el avión en vez de comenzar desde cero, proporcionaba ventajas competitivas. Los pilotos se sentían cómodos al mando del avión, mientras que las aerolíneas no tenían que invertir en costosos cursos de capacitación para sus pilotos y mecánicos. Para Boeing, también fue más rápido y barato volver a diseñar y certificar este modelo que hacerlo todo desde cero.
Sin embargo, después de dos accidentes mortales en menos de cinco meses, la estrategia dejó en crisis a la empresa. El Max forzó el diseño del 737, y creó un avión con un sistema parchado que les quitó a los pilotos algunas de las funciones de seguridad que podrían ser importantes en una crisis, las mismas que han sido parte de otros aviones durante años. Es el único Boeing moderno que no tiene un sistema electrónico de alerta que explique qué está fallando y cómo resolverlo. En cambio, los pilotos tienen que revisar un manual.
El Max también requería soluciones improvisadas para mantener el avión en el aire como sus antecesores, métodos alternativos que quizá hayan puesto en peligro la seguridad. Aunque los hallazgos no son definitivos, los investigadores sospechan que una solución alternativa, un sistema de prevención de entrada en pérdida diseñado para compensar los motores más grandes, fue crucial en el accidente del mes pasado en Etiopía y uno anterior en Indonesia.