Falleció Carlucho Verga, una leyenda del básquet santafesino
A los 71 años murió uno de los jugadores más talentos que dio la ciudad. Identificado con Colón, tuvo un recorrido que lo llevó a ganar el recordado Argentino de Córdoba 1977 y el Sudamericano de Medellín con Argentina
No había tecnología, mucho menos estadísticas y no existía la línea de tres puntos. La preparación física no ocupaba un rol preponderante. Santa Fe, siempre Santa Fe, a lo largo y a lo ancho nos entregaba exponentes destacados de este hermoso deporte.
Carlos Alberto Verga, “Carlucho” para todos, quizás no reunía desde lo físico las cualidades para practicar básquet, pero su cabeza y talento lo depositaron en lo más alto de la disciplina.
"Desde chiquito mi familia me inculcó ir a un club, arranqué en Unión en el departamento deportivo comandado por Carlos Hurtado. De ahí me iba a Rivadavia con mis amigos. Así empecé a querer el básquet”, expresó en una de sus últimas entrevistas.
Está claro que su explosión fue en Colón, al integrar uno de los equipos más recordados que ganó todo durante la década del 70. “Colón me marcó en mi vida, me hizo conocer el mundo, trascender, jugar con equipos extranjeros y llegar a la Selección Argentina, pude conocer hasta el Vaticano y estar con el Papa”.
Una de las anécdotas más importantes la contó Carlucho en primera persona: “En 1977 después de venir del Argentino donde la prensa me nombré el mejor pilar del país, teníamos que ir al Sudamericano de Valdivia y en todos los diarios y lugares estaba dentro del plantel de la Selección pero nunca me había llegado la citación, te mandaban un telegrama, me cayó como un balde de agua fría, teníamos que presentarnos el 5 de enero y nadie me había citado, me fui de vacaciones y vuelvo el 5 a la mañana y suena el teléfono y era el DT Heriberto Schonwies, me dijo Lechón que pasa que no viniste a la concentración, ahí me di cuenta el valor que me tenían, en Santa Fe cajonearon la citación y no me llegó. Venite cuando puedas me dijo”.
Verga jugó al lado de grandes jugadores que lo hicieron cada día más completo. “Siempre digo que integré tres generaciones muy buenas. Estuve al lado de Crespi, Peralta, Osuna o Barea que son más grandes que yo; compartí equipo con Barovero Guitart, jugando y ganando argentinos y sudamericanos. Pero con ese torneo de 1977 donde teníamos un gran equipo junto a Carmelo Mendoza, mi hermano de la vida”.
Este 23 de mayo se apagó a los 71 años la vida de uno de los emblemas del básquet local. Pero su huella indeleble quedó marcada a fuego en su paso terrenal por los siglos de los siglos.