“En casa no fumo”, suele ser la frase de algún papá o mamá que deja el cigarrillo fuera del hogar. Sin embargo, poco tiene de cierta. Las toxinas que se despiden tras fumar cigarrillos quedan depositadas durante mucho tiempo en nuestra ropa, el cabello o los muebles de casa; y de allí al organismo hay un pequeño paso.

Las consecuencias pueden ser graves. Se estima que alrededor de 4000 argentinos mueren por año por el sólo hecho de respirar humo de tabaco ajeno, y no sólo eso: ahora la ciencia puso la lupa en el llamado “humo de tercera mano”.

¿Cómo nos afecta esto a nosotros y a nuestros hijos?

Julieta Cassone, vicepresidenta de la Asociación Argentina de Tabacología, habló con el programa Todo Pasa sobre este aspecto de la problemática del tabaquismo, en el Día Mundial sin Tabaco.

“Estamos un poco mejor que antes pero tenemos mucho para seguir mejorando, como por ejemplo el tema del humo de tabaco ajeno y fumadores pasivos”, comenzó diciendo.

Según la especialista, “el tabaquismo es la primer causa de muerte prematura prevenible en el mundo” y precisó que son alrededor de “4.000 argentinos los que mueren por año por respirar humo de tabaco ajeno”.

Sin embargo, en la actualidad no sólo se habla del humo “de segunda mano” que es el que respiran los fumadores pasivos. Ahora, se hace hincapié sobre los efectos del humo de “tercera mano” y lo graficó con situaciones cotidianas.

“Los padres que dicen ‘en casa no fumamos’ pero entran a la casa con su abrigo, con tóxicos del cigarrillo en el pelo, la piel, se pasa a las alfombras, los sillones, muebles. Los nenes van y se llevan mano a la boca”, explicó.

19 meses

Cassone aseguró que estas sustancias “permanecen en el ambiente hasta 19 meses después, transformándose en sustancias más tóxicas debido al ozono”. Estas toxinasn ingresa al organismo por la piel, es decir, se absorben.

“Esto es lo que se llamas el humo de tercera mano, hay muchos estudios que lo están demostrando”, enfatizó.

Triple dependencia

La profesional de la salud agregó que el cigarrillo provoca una triple dependencia: pscicológica, química y social. Además –continuó- “cada cigarrillo tiene 70 sustancias cancerígenas y 7000 sustancias tóxicas comprobadas”.

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