El mercado de pases se le presenta muy hostil a los dirigentes de Unión, que comenzaron a dar los primeros pasos en el mismo luego de las elecciones del pasado sábado donde los socios le depositaron su confianza a Luis Spahn.

Está claro que el club no hará "locuras" en cuanto a contrataciones, y que los jugadores que desembarquen en la Avenida no tendrán la marquesina de los futbolistas que sumarán otros clubes, ya que esa es la política deporiva que imperó en los últimos años.

Por este motivo para Leonardo Madelón es fundamental que permanezcan en el plantel varios de los jugadores que terminaron disputando la temporada, que otra vez tuvo en la clasificación a la Copa Sudamericana uno de los objetivos logrados más importantes en la historia del club.

En ese sentido, la decisión sobre la renovación o no de Nereo Fernández la tomará Madelón, mientras que es muy complicado que pueda continuar Damián Martínez, ya que debe comprarle su pase e Independiente no estaría dispuesto a hacer un trueque por Emanuel Britez.

En tanto, con Claudio Corvalán se llegó a un acuerdo de palabra, mientras que Franco Fragapane es un hecho que continuará su carrera en otro club, y Augusto Lotti tiene un pie y medio en Atlético Tucumán.

El caso que preocupa y mucho a los dirigentes es el de Jonathan Bottinelli, a quien se le termina su contrato y pretende para renovarlo que tenga una duración de dos años, con una suba sustancial de sus haberes.

Sin dudas que se trata de uno de los grandes referentes de las últimas campañas, e incluso terminó siendo el capitán el equipo, pero tiene 35 años y si se le renueva por dos llegaría con 37 a la finalización del mismo, lo que representa una edad avanzada para el jugador de fútbol.

Mientras que el sueldo no es un tema menor, ya que la dirigencia quiere mantener la misma metodología de pagos que en las últimas temporadas, ya que subir el contrato a un jugador significaría un desfasaje que no están dispuestos a asumir.