El Ministerio de Salud de la provincia, a través de la Dirección de Promoción y Protección de la Salud, reiteró las recomendaciones a tener en cuenta ante un caso de meningitis bacteriana.



Se trata de un niño de 6 años de la ciudad de Santa Fe que se encuentra internado en el Hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia”, con evolución favorable. Hasta este miércoles no se ha identificado el germen causal.



Frente a esta situación, se realizaron las acciones de bloqueo correspondientes, indicándose medicación antibiótica preventiva a los contactos cercanos.



Asimismo, equipos de la cartera sanitaria de Epidemiología y del Nodo Salud Santa Fe se reunieron con las autoridades del establecimiento escolar al que asiste el menor así como con los padres de los otros alumnos, con el fin de coordinar las acciones de bloqueo, y brindar toda la información del caso y las recomendaciones para la institución y los niños.



Se recordó una vez más que no es necesario suspender las clases ni cerrar la escuela.



La cartera sanitaria brindó distintas recomendaciones en relación a la meningitis, enfermedad que consiste en la inflamación de las membranas que envuelven al cerebro, y que puede ser causada por virus o bacterias.



En ese sentido, la titular de Promoción y Protección de la Salud, Andrea Uboldi, aclaró que hay meningitis de tipo viral o bacteriana. En relación a la primera, la funcionaria explicó que se contagia por “vía fecal-oral y respiratoria, en general son benignas y el restablecimiento suele ser completo y no dejan secuelas”.



Estos casos pueden presentarse en forma aislada o en brotes epidémicos, siendo más frecuentes en verano y otoño.



En tanto, la meningitis bacteriana es provocada por distintas bacterias, entre ellas, la Haemophilus b, Neumococo, o Meningococo. “Estas bacterias se transmiten de persona a persona a través de las gotitas de saliva que se expelen al toser, hablar o estornudar”, precisó Uboldi.



Sobre el tratamiento, recordó que “la enfermedad se cura con antibióticos, aunque es grave y un retardo en el diagnóstico o en el inicio del tratamiento puede ser la causa de importantes daños neurológicos”.


Los síntomas incluyen, en los lactantes y niños pequeños, fiebre, irritabilidad, rechazo del alimento y vómitos; y en niños mayores y adultos hay dolores de cabeza intenso, fiebre alta, vómitos, cambios en el carácter y molestias al mirar la luz.



Uboldi puso de relieve que “en Pediatría pueden observarse habitualmente dos formas de presentación de la meningitis bacteriana: una es de inicio lento, con desarrollo progresivo de los signos y síntomas en el curso de uno a varios días; y otra que es aguda y fulminante”.


Respecto de la mortalidad a causa de la meningitis, varía entre el 5 y 15 por ciento, dependiendo de la edad del paciente y el agente etiológico.



También se relaciona con la precocidad del diagnóstico e internación y la forma de presentación.



Por esto último, ante la sospecha de un caso de meningitis, se debe consultar en forma urgente al médico.



Además, las autoridades del jardín o escuela deben comunicarse con el médico del niño enfermo, quien dará las indicaciones adecuadas, según el tipo de infección.



Algunos casos de meningitis pueden prevenirse mediante vacunas seguras y efectivas. La vacuna para Haemophilus, como la Cuádruple, está incorporada al calendario oficial de vacunación, razón por la cual disminuyó su incidencia.



La vacuna para la bacteria Neumococo se indica en niños con condiciones predisponentes para enfermarse (problemas pulmonares, cardíacos, diabéticos, entre otros)



La vacuna antimeningocócica se indica a personas que tienen factores de riesgo, viajan a áreas de riesgo y durante epidemias



Fuera de estas indicaciones, la recomendación para niños sanos es individual.


No existe un único tipo de meningitis.



Diagnosticada y tratada en forma precoz, la meningitis puede curarse.



Ante la sospecha de meningitis, se debe consultar en forma urgente al médico y seguir todas las recomendaciones.



Algunos tipos de meningitis pueden prevenirse mediante vacunas seguras y efectivas.



Deben aplicarse las vacunas correspondientes en los grupos de riesgo.




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