7 hábitos que nos hacen dormir mal
Un estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA, determinó que entre un 15 y un 20 por ciento de la población mayor de 18 años está mal dormida.
El trabajo, los chicos, el estudio, un hobby, una actividad física, preparar la comida, salir con amigos. Todas estas acciones podrían describir una rutina diaria de cualquier persona. Sin embargo, en todo este compendio hay una actividad que parece quedar rezagada: dormir.
Hoy en día se calcula que en la Argentina, el mal descanso es un problema frecuente. Un estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la UCA, determinó que entre un 15 y un 20 por ciento de la población mayor de 18 años está mal dormida. De hecho, se estima que estamos durmiendo aproximadamente una hora menos que hace cincuenta años y dos horas menos que hace un siglo.
“Dormir es tan importante como comer”, sostuvo el doctor en ciencias biológicas y especialista en cronobiología Diego Golombek. El experto resaltó que no es normal vivir somnoliento durante el día y que hay que estar atentos a los síntomas que puede visibilizar la falta de descanso.
Por ejemplo, la sensación de no haber dormido nada pese a haberlo hecho puede revelar un problema. “No es simplemente dormir, sino dormir y que el cuerpo se entere. Si el cuerpo no se enteró, los síntomas van a ser muy similares a que no hayas dormido”, precisó durante la presentación de nuevos equipos médicos para tratar la apnea del sueño.
Y en todo esto, el rol de la luz es trascendental porque hay un reloj en un nuestro cuerpo que nos indica cuándo es hora de dormir y cuándo es hora despertarnos. “Somos relojes con patas”, resumió el experto quien explicó, además, que “el cuerpo es un economista: decide a qué hora distribuir los recursos”. Es que hay procesos que ocurren en determinado momento todos los días. “La hormona de crecimiento se secreta entre las 3 y las 4 de la mañana. Cuando nuestras abuelas nos decían que si no dormíamos de noche no íbamos a crecer, tenían razón”.
Los problemas de dormir mal
Hay trastornos que están directamente relacionados con el sueño. No descansar correctamente nos cambia el estado de ánimo. Estamos de mal humor, nos peleamos con el mundo, estamos más irritables.
Pero también nos provoca problemas en el metabolismo. “No dormir bien correlaciona con el sobrepeso y la obesidad”, precisó Golombek quien resaltó que para tener una dieta saludable, es fundamental descansar bien.
Es sabido que el invierno nos produce más la sensación de querer quedarnos en la cama. Para Golombek, el cambio entre el verano y el invierno puede devenir en alteraciones en el sueño. “Hemos estudiado poblaciones mapuches, en Patagonia, y vimos que el sueño es muy diferente en verano que en invierno. Duermen una o dos horas más en invierno porque hay más oscuridad. Ahora estamos estudiando poblaciones argentinas en Antártida Argentina para ver qué pasa con el sueño”, contó.
Pero también, el traspaso de estaciones puede provocar cambios en el humor ante la falta de luz. A tal punto que hay un fenómeno, llamado depresión estacional, que ocurre cuando la cantidad de luz por día disminuye durante un periodo. “La gente- explicó el especialista- literalmente se deprime. Pasa en Ushuaia, pasa en Santa Cruz. Con lo cual, hay que tener mucho cuidado porque uno de los factores desencadenantes es la falta de luz y se trata con luz”.
Los enemigos del buen sueño
1) Roncar
Si bien hasta hace no mucho tiempo se señalaba a los ronquidos como una señal de un descanso profundo, implica que las vías aéreas no están correctamente ventiladas y que por ende, tampoco lo está ni el cerebro ni el cuerpo.
2) La función “Postergar”
¿Quién no utilizó alguna vez el “Postergar” de la alarma? Sin embargo, no es bueno porque si se entra en un período de sueño de nuevo, es contraproducente el dormir- despertar, dormir-despertar porque hace que el cuerpo se engañe permanentemente. “Si tenemos que usar la alarma para despertarnos, hay que escucharla, levantarse enseguida y prender la luz”, explicó Golombek.
3) El celular al lado de la cama
La luz de las pantallas de los artículos electrónicos, como los celulares o las tablets, puede ocasionar un inconveniente para la salud. Es que el reloj biológico de cada persona ve luz, se confunde y piensa que se tiene que despertar. De hecho, la luz que vemos a la noche correlaciona la epidemia de obesidad y un aumento de ciertos tipos de cáncer.
4) Levantarse varias veces para ir al baño
Otro problema que suele aparecer, especialmente en los hombres, es la micción frecuente que hace que se deba levantar reiteradas veces durante la noche. Esto puede atentar contra la calidad de sueño. “De hecho, cuando uno se despierta para ir al baño, algo que se hacemos mal es prender la luz. Con lo cual, además de despertarse porque se está molesto, termina confundido. Lo ideal sería tener una luz muy ténue”, resaltó.
5) El alcohol
Tomar bebidas alcohólicas antes de dormir no es un buen somnífero. Porque si bien da ganas de dormir, la arquitectura de ese sueño no es normal. Es decir, hace que durmamos, pero no necesariamente se alcanza un descanso reparador.
6) Quedarse despierto toda la noche para estudiar
Cuando uno debe rendir un examen, el insomnio es el peor enemigo del rendimiento ya que el sueño ayuda a fijar contenidos. “No dormir es el pasaporte para que te vaya mal en la prueba”, sentenció.
7) Los turnos rotativos
“La mejor luz es la luz de la mañana. Es la nafta del reloj que le va a permitir estar alerta muchísimo más tiempo. La luz de la noche, en general, no funciona tan bien”, asegura Golombek. De hecho, la Organización Mundial de la Salud puso a los turnos rotativos como factor de riesgo para el cáncer.
¿Qué se necesita para dormir bien?
- Levantarse siempre a la misma hora.
- Relajarse al final del día
- Evitar el juego movido en los chicos dos horas antes de acostarse.
- Tomar un baño disminuye la temperatura corporal y ayuda a relajar la musculatura.
- Cenar algo liviano, sin exceso de líquidos ni bebidas estimulantes
- Que la temperatura en el lugar donde se duerme sea templada (entre 18 y 23 grados), que haya oscuridad y silencio.
Es importante resaltar que ante cualquier problema como ronquidos muy fuertes, fatiga crónica o somnolencia durante el día se recomienda acudir a un especialista, como lo es el médico del sueño, que será quien determine el mejor tratamiento a seguir. “Soñemos todo lo que queramos, pero para soñar hay que aprender a dormir y eso depende del reloj que tenemos adentro”, concluyó Golombek.