Viaje a la luna: el argentino que diseñó el tanque de combustible
El ingeniero César Sciammarella tiene 95 años y trabajó durante tres años en el diseño de una pieza fundamental en la construcción del cohete Saturno V. Te contamos su historia.
Este sábado se cumple medio siglo de la llegada del hombre a la Luna, y aunque la bandera que se desplegó en el alunizaje fue la de Estados Unidos, muchas de las personas que trabajaron llevando adelante la misión del Apolo XI en los años previos al despegue fueron mentes brillantes de otro países. ¿De Argentina? Sí, claro, ahí también hubo un argentino.
Es el caso de César Sciammarella, ingeniero nacido en 1924 en Barracas, que tuvo a su cargo la construcción de una pieza clave para que el cohete Saturno V llegara a la luna: nada más y nada menos que los tanques de combustible de la tercera etapa de la nave de 113 metros de altura y 2.700 toneladas que transportara la cápsula Apolo. "Fue mi contribución modesta a un proyecto gigantezco", dice a LT10 para luego contar los detalles de cómo llegó a formar parte de la misión.
En Argentina, Sciammarella era un destacado profesor de la Universidad de Buenos Aires,y profesor de la Escuela Superior Técnica del Ejército. Invitado y alentado por otro argentino a quien recuerda con mucho afecto, viajó a Estados Unidos a hacer un doctorado de Mecánica Experimental en el Instituto Tecnológico de Illinois: "Dejé todas mis posiciones acá, y de profesor volví a ser estudiante".
Una vez en Norteamérica, en 1961 se convirtió en profesor de la Universidad de Florida y es en ese momento cuando es contactado por las autoridades encargadas del diseño del proyecto, dirigido por el ingeniero alemán Wernher von Braun. Querían que se ocupe de diseñar los tanques de la tercera etapa del saturno V, el cohete más importante que se ha producido hasta la fecha, con la capacidad de llevar una pequeña nave a la luna.
Tanque de la tercera etapa del Saturno V, diseñado por César Sciammarella. (Foto: Infobae)
Sciammarella aceptó el encargo y firmó un contrato de tres años, por un monto a valores actuales cercano a los 3 millones y medio de dólares.
Así empezó, junto a un grupo de gente que lo apoyaba el estudio de los diseños del tanque, teniendo en cuenta todas las posibles eventualidades que pudiera sufrir el Saturno V en su viaje a la luna, y garantizar de alguna manera que esa misión no iba a fallar. Los tanques debían resistir el viaje y ser lo más livianos posibles: el peso era la mayor limitación del encargo.
Este estudio tuvo su parte teórica y su parte experimental. Se construyó un modelo en escala de los tanques que costó 1:200.000 dólares y se los estudió detenidamente hasta concluir los planos que luego sirvieron para su construcción. Esa fue su "pequeña" contribución al armado del Saturno V en el que trabajaron alrededor de 400.000 profesionales de todas las áreas.
El ingeniero trabajó durante tres años en Estados Unidos en el proyecto, pero, curiosamente, el día cúlmine de esa misión el 17 de julio de 1969, estaba en Argentina. "Estaba en Buenos Aires visitando a mis padres y lo vi por acá al proceso de alunizaje del Apolo XI", cuenta con naturalidad sobre la situación que vivió con una gran emoción, pese a las precauciones y los nervios que sintió producto de pensar en que la misión Apolo XI pudiera ir y regresar de la luna con seguridad.
A pesar de esa labor destacada, Sciammarella no considera que haya sido la más trascendente de su vida: "Es la estrella desde el punto de vista de contribución a la empresa humana, pero he hecho otras cosas de importancia científica. Como satisfacción de un esfuerzo humano, ciertamente ha sido un hito en mi vida", concluyó el que fue uno de los, quizás dos, argentinos que colaboró en la travesía de que el hombre pisara la luna por primera vez.
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