"No puedo seguir hablando porque mi pareja llega a casa"
Es una de las frases que el gigante Google analizó para mejorar su ayuda por voz. Un informe de la TV belga reveló que revisores de la empresa escuchan los audios de los usuarios "de manera parcial".
Google nos escucha. Eso no es una novedad y entre las frases más destacadas se encuentran “Llego cinco minutos tarde. Espérame que estoy en camino”; “Abre o abrí el garaje”; “¿Cuál es la mejor web de porno?”; “Ir a calle...)"; “Noticias sobre el caso Neymar”; “Comparación entre teléfonos iOS y Android”, o, entre susurros: “Lo siento, cariño. No puedo hablar más porque ya está mi pareja en casa”. Así la empresa más grande dentro de internet muestra en parte cómo toman muestras de frases para mejorar los servicios de Google que ayuda por voz. En el mundo miles de revisores escuchan muestras de voces y evalúan parámetros y una de esas puede ser la tuya con alguna frase tomada de tu celular.
Según cuenta una nota publicada en diario El País de España es un trabajo constante escuchar, escribir y revisar grabaciones privadas de usuarios, tanto meras búsquedas como conversaciones muy íntimas. Ese es el trabajo para muchos de los revisores por todo el mundo, contratados por una empresa tecnológica que trabaja para Google. Cualquier persona con su móvil en la mano tiene algo más que un teléfono. Es su conexión con todo el mundo online y desde hace unos años ya no necesita escribir todo lo que quiere buscar. Lo puede ordenar con la voz. Por eso, la revisión de las grabaciones se realiza, según la multinacional, para mejorar el funcionamiento de su asistente virtual. Esto es, para que el software sea capaz de entender mejor lo que le dicen los usuarios.
Las grabaciones revisadas son aquellas que los usuarios le dicen a Google Assistant. La compañía admitió cuando saltó el escándalo que se escucha el 0,2% de todos los audios en el mundo. “Los expertos en idiomas revisan y transcriben un pequeño conjunto de consultas para ayudarnos a comprender mejor esos idiomas. Esta es una parte crítica del proceso de creación de tecnología de voz, y es necesaria para crear productos como el asistente de Google”, aseguraba la compañía en un comunicado oficial. Entre los empleados consultados desconocen cuántos hay contratados, cuántos proyectos había al mismo tiempo —sí saben que varios porque no solían coincidir en el mismo— ni cuantas grabaciones se escuchan en total al día. Solo conocen su trabajo: “Cada uno de los transcriptores realiza una media de 6.000 audios a la semana”.
Entre los proyectos había algunos que se denominaban de categorización. En este caso, los revisores tenían que escuchar y transcribir el audio desde cero y, además, categorizarlo. “Teníamos que señalar si la persona que habla era un niño o un adulto hombre o mujer. Además, teníamos que indicar si se trataba de un mensaje ofensivo o no. Se denominaban ofensivos si contenían insultos o contenido sexual, por ejemplo”, explican.
Precarizados y contratados
Los revisores, empleados de una firma subcontratada por Google, tenían contratos por obra y servicio o como freelance y en su mayoría no llegaban a ganar el salario mínimo. Todo ello pese a que trabajen como expertos en idioma (con estudios superiores y, en la mayoría de casos, nativos del idioma en que trabajen) para una prestigiosa empresa. De media, ganaban unos 600 euros al mes. En cuanto a las horas cotizadas, los transcriptores podían elegir por cuantas se le daba de alta, aunque en cada caso tenían un objetivo mínimo que cumplir. Por cada hora que estuvieran contratados tenían que realizar unos 200 audios.
Así, si eran contratados a media jornada (20 horas semanales), tenían que ser capaces de hacer unos 4.000 audios. Esto es, ganar unos 120 euros a la semana y unos 480 euros al mes. “El problema es que para cumplir el objetivo tenías que dedicar más horas. En casi todos los proyectos necesitabas más de una hora para hacer los 200”, sostienen los transcriptores. “La mayoría prefería coger cinco o 10 horas semanales para tener un objetivo fácil de cumplir y que no nos echaran por no llegar al mínimo. Aunque siempre intentábamos hacer más grabaciones para que la nómina fuese lo mejor posible”, aseguran.