La ex estación de ferrocarriles Bartolomé Mitre en la ciudad de Santa Fe tiene en sus paredes el paso de la historia, con luces y sombras. Un sistema que hacia finales del siglo XIX cobraba un auge importante en toda la República Argentina pero que el desguace sufrido en el siglo XX y más precisamente en la década de los '90 con el menemismo aún retumba en la infraestructura de este edificio situado en un predio federal de General López y Zavalla, extremo sudoeste de la capital santafesina.

Pese a que su suerte no fue la misma que la ex estación General Manuel Belgrano, la cultura local logró apropiarse de sus espacios y transformarlos para la recreación social. Es así que el Centro Cultural y Social El Birri pudo sentar raíces desde las cuales hace años viene dándole vida.

Los bomberos actuaron esta madrugada para sofocar el fuego que afectó el Centro Cultural El Birri

Historia ferroviaria y Tire dié

En 1888, la Compañía del Ferrocarril Buenos Aires y Rosario prolongó su línea y construyó la estación Central Argentino en 1891, que pasó a llamarse Bartolomé Mitre luego de su nacionalización a fines de la década del 40. Un año después, en la traza histórica de la ciudad y a pocas cuadras de la Plaza 25 de Mayo, se abrieron por primera vez las puertas de la estación para recibir a millones de pasajeros que llegaban a la capital santafesina.

Sin embargo, a comienzos de los años 90, los trenes pasaron a ser historia: las locomotoras dejaron de marchar, olvidando los vagones que forjaban su razón de ser y las impulsaban a transitar de punta a punta el país. Tuvo que pasar una década para que las vías volvieran a vibrar: el 17 de septiembre de 2003 llegó a la estación un contingente de pasajeros proveniente de Buenos Aires. De allí en adelante, con algunas idas y vueltas, los trenes pararon en la estación hasta 2007, año en el que las vías ferroviarias dejaron de recorrerse para siempre.

El hecho de que la fundación se haya instalado a fines de los 90 en la ex Estación no fue casual. Los galpones ferroviarios fueron el escenario donde Fernando Birri había filmado Tire dié en 1957, la “primera encuesta social filmada”, cuyo título aludía a lo que los niños gritaban a los costados de las vías para conseguir limosna de los pasajeros. La Mitre fue, en este sentido, una estación cargada de un valor emocional y afectivo para Birri: un eslabón histórico en su carrera que constituyó y constituye el porqué de la tarea cultural que hoy mantiene viva el Centro Cultural y Social El Birri.

En 1997, la Municipalidad encargó al Colegio de Arquitectos la realización de un Concurso Provincial para la remodelación y puesta en valor de la ex estación. Los proyectos presentados debían contemplar un espacio para la sede de la Fundación Birri, donde se alojarían todas sus expresiones artísticas. Si bien el concurso tuvo ganadores, la realidad es que los proyectos nunca fueron llevados a cabo.

A partir de allí, Fernando Birri decidió alejarse de la ciudad que lo vio nacer. Se trasladó definitivamente a Roma y se llevó consigo todo su legado: un archivo que incluye recortes, apuntes inéditos, cintas de video y de audio, fotografías, libros y correspondencia, y que está ahora en manos de la Biblioteca de la Universidad de Brown en Providence, Estados Unidos.

Trabajo cultural autogestivo

El hall central de la ex estación que hoy sufrió las consecuencias del incendio había sido renovado en 2015 gracias a un concurso ganado en el Fondo Nacional de las Artes. Aquella inversión permitió realizar una nueva instalación eléctrica y efectuar la compra de las puertas principales de la estación.

En diálogo con LT10, el arquitecto Rubén Chiappero, miembro de la Junta Provincial de Estudios Históricos, explicó que "toda la red de ferrocarriles comenzó en el siglo XIX y el ferrocarril Mitre albergaba a empresas privadas". 

Con respecto a la arquitectura del lugar, el especialista dijo que "se trata de una estación de cabecera con un lenguaje arquitectónico italiano en la parte social y funcionalista ingles en el arribo de los trenes". 

"El ferrocarril cumplía dos funciones centrales que era el traslado de cargas y de pasajeros. Sin dudas era el medio de transporte más importante de la época. El edificio corresponde a una idea que proviene de ingenieros de París donde los arquitectos decidían el sector social. Esto es la sala de espera, las boleterías, etc. Por otro lado los ingenieros desarrollaban la parte operativa de las estaciones".