Seis personas de entre 33 y 52 años fueron condenadas en los tribunales santafesinos por delitos contra la integridad sexual cometidos en Recreo en perjuicio de tres menores de edad y de una joven mayor de edad que padece un retraso madurativo mental. 

Ayelén Candela Galier fue condenada a 30 años de prisión efectiva por violar en reiteradas ocasiones a menores, amenazarlos con armas de fuego y promover la corrupción de los mismos.

En tanto, Carlos Alberto Franco, otro integrante del grupo, fue sentenciado a 17 años de cárcel efectiva por abusar de su propia hija con discapacidad. Los otros tres integrantes del grupo recibieron condenas de 15, 13 y 12 años de prisión.

Luego de la sentencia, la fiscal, Alejandra Del Río Ayala, dio detalles de la causa.

El caso

La mayoría de los ilícitos fueron cometidos entre septiembre de 2016 y marzo de 2017 en la ciudad de Recreo. Los tres menores de edad y la joven con retraso mental concurrían con frecuencia a la vivienda de una de las personas acusadas a realizar tareas domésticas a cambio de dinero, zapatillas y otros objetos de valor.

Durante más de un año, cuatro de los acusados concurrieron a esa casa para someter a las víctimas a todo tipo de abusos sexuales. Incluso, en algunas ocasiones lo hicieron con armas de fuego con las que amenazaron a las víctimas, lo cual les provocó un daño psíquico de gran magnitud.

Los integrantes de la banda fueron juzgados como coautores de los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado (en un número aún no determinado de oportunidades) y agravado (por el uso de arma y por haber sido cometido por dos o más personas). También se los juzgó por la autoría del delito de promoción a la corrupción de menores agravada (por la edad de los menores y haber sido cometido mediante intimidación).

Las fiscales del caso explicaron también que al sexto acusado –que es el padre de la víctima mayor de edad con retraso mental madurativo moderado– se le atribuyó la autoría del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo en perjuicio de su propia hija.

En relación a este último, las fiscales sostuvieron que "se trata de una investigación paralela que se acumuló. Al hombre se le atribuyó la autoría de delitos contra la integridad sexual de su propia hija biológica mayor de edad (también víctima de los otros abusos)". En este sentido, indicaron que "los abusos a su propia hija fueron cometidos entre mayo de 2016 y marzo de 2017, tanto en el domicilio de la víctima en la ciudad de Recreo como en una vivienda ubicada en la ciudad de Santa Fe, donde vivía el acusado y al cual la joven concurría con frecuencia a visitarlo".